Sustancias 'sostenibles' y el papel de la bioprotección

21/10/2020

La crisis que estamos experimentando, desde un punto de vista económico y medioambiental, nos fuerza a ser eficientes en el manejo de unos recursos escasos para una población que ha crecido en el último siglo más que nunca.

Estefanía Hinarejos Esteve. Directora de la Asociación IBMA España


Continuamente se nos recuerda que “es necesaria una transición a sistemas alimentarios más sostenibles, es decir, sistemas alimentarios que produzcan más, con más beneficios socioeconómicos y menos consecuencias ambientales” (www.fao.org/agroecology/overview/es/).

La recientemente publicada estrategia “Farm to Fork” (*) y las notas de prensa al respecto (**) indican la transición a un sistema alimentario sostenible. Para ello, la estrategia establece objetivos concretos:

• Reducción en un 50% del uso y riesgo de fitosanitarios.
• Reducción en, al menos, un 20% del uso de fertilizantes.
• Reducción en un 50% en las ventas de antibióticos utilizados para animales de granja y acuicultura.
• 25% de las tierras agrícolas cultivadas bajo el sistema productivo de Agricultura Ecológica.

Proponer objetivos es necesario para poder alcanzar metas pero el mensaje se queda corto: la limitación sobre el uso y cuantitativa pero todavía insuficiente,
o no lo suficientemente clara.

Uso de bioprotectores

Las tecnologías de bioprotección (bioprotectores) incluyen herramientas biológicas de protección vegetal para la gestión de plagas y enfermedades. Tienen su origen en la naturaleza o, si son sintéticas, replican unos mecanismos idénticos a los que pueden encontrarse en la naturaleza y tienen, en general, un impacto reducido en la salud humana y el medio ambiente. Algunos ejemplos de estas tecnologías serían los macroorganismos, microorganismos, los semioquímicos, los extractos vegetales o las sustancias naturales.

Para cumplir con el objetivo de la reducción del 50% en el uso y riesgo de fitosanitarios, necesitamos marcar la diferencia entre fitosanitarios químicos tradicionales y fitosanitarios de bajo riesgo, mayoritariamente de origen biológico. Necesitamos también promover esa reducción, pero incentivando el uso de bioprotectores.

La tendencia a nivel de fitosanitarios está clara: de las 47 sustancias que se encuentran pendientes de evaluación en la base de datos fitosanitaria europea, casi el 60% son lo que podríamos considerar “sustancias sostenibles” (Gráfico 1).

IBMA España participa en un proyecto de innovación, liderado por la empresa granadina DOMCA, integrado por DCOOP (Málaga), el mayor productor mundial de aceite de oliva, la empresa de I+D NEVAL (Valencia), Visiona IP (Madrid), y el Centro Tecnológico AINIA (Valencia). El principal objetivo de este grupo de trabajo es el de desarrollar métodos de origen natural para combatir aquellas plagas que suponen una potencial amenaza para el sector olivarero. Aunque actualmente existen estrategias para la gestión de plagas y enfermedades del olivo, éstas suelen basarse en prácticas poco tecnificadas o en el uso de fitosanitarios químicos.

En una primera etapa del proyecto, a nivel de laboratorio, se seleccionarán aquellos compuestos de origen vegetal y biotecnológico que demuestren actividad frente a bacterias y hongos responsables de producir enfermedad en olivo. Paralelamente, especialistas en ingeniería de sensores y en agricultura de precisión del Centro Tecnológico AINIA y VISIONA desarrollarán herramientas para la detección precoz de estas plagas. En una segunda etapa, los técnicos especialistas de NEVAL y DCOOP validarán en condiciones reales de campo la eficacia de los productos desarrollados.

La creación y funcionamiento del grupo operativo supra-autonómico SALUD- OLIVAR está cofinanciada en un 80% con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea, y en un 20% por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020, suponiendo una inversión total de 384.830,96 €.

El objetivo concreto ha de ser el de marcar como prioridad el uso de herramientas biológicas y tecnologías de bioprotección, y dar confianza a los agricultores para que se pueda hacer la necesaria transición a un sistema alimentario sostenible.

(*) Communication from the Commission to the European Parliament, the Council, the European Economic and Social Committee and the committee of the regions “A Farm to Fork Strategy” for a fair, healthy and environmentally-friendly food system. Brussels, 20.5.2020 COM (2020) 381 final.

(**) European Commission - Press reléase “Reinforcing Europe’s resilience: halting biodiversity loss and building a healthy and sustainable food system” Bruselas, 20 de Mayo 2020.

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