25/11/2021
Estas son algunas de las conclusiones más destacadas del informe que por primera vez, cuantifica las aportaciones económicas, sociales y medioambientales que tiene la mejora vegetal en España, el cual incluye un exhaustivo análisis centrado en el cultivo del tomate. La Asociación Nacional de Obtentores Vegetal (ANOVE) ha elegido la provincia de Almería, donde se concentra una intensa actividad investigadora, para presentar los detalles de este estudio.
El informe desvela por primera vez cuánto aporta la mejora de semillas y plantas a la economía española: casi 1.000 millones de euros en 2019. Obtiene novedosos datos reveladores como los que indican que las empresas y centros públicos dedicados a la mejora vegetal contribuyeron a la economía española entre 1990 y 2017 con un total de 24.571 millones de euros; esto supuso una aportación promedio anual al Valor Añadido Bruto de 890 millones de euros; solo en 2019, el sector obtentor inyectó a la economía nacional 985 millones de euros de Valor Añadido Bruto.
Producción de tomate, rentas de los agricultores y empleo
El informe afirma que, gracias a la introducción de nuevas variedades vegetales, la mejora en las tecnologías y el manejo del cultivo, “se han producido incrementos de productividad en tomate superiores al 240 % en los últimos 50 años, y del 88 % en los últimos 30. En 1970, la productividad media del tomate en España se situaba en 25 toneladas por hectárea, mientras que en 2018 se alcanzaron 85 toneladas por hectárea”.
Según señala el estudio, “el incremento de la producción, asociado a la actividad del sector obtentor, permitió aumentar los ingresos de los agricultores entre 1990 y 2017 en más de 12.000 millones de euros, un 31 % de sus ingresos de este periodo. Esto supuso una aportación promedio a los ingresos anuales de 430,7 millones de euros/año”.
El informe del Instituto Cerdà afirma que “la obtención vegetal se torna imprescindible para mantener e incrementar la producción en un contexto de reducción de inputs”, tal y como exigen la estrategia europea “De la granja a la mesa y la Estrategia sobre Biodiversidad”. Ambas cuentan con un objetivo común: contribuir al logro de la neutralidad climática de aquí a 2050 haciendo evolucionar el actual sistema alimentario de la UE hacia un modelo más sostenible.
Para ello, se han establecido objetivos encaminados a reducir en un 50 % el uso de los fitosanitarios, o disminuir en un 20 % el uso de fertilizantes. Pues bien, las aportaciones de la obtención vegetal son decisivas y fundamentales y el informe Cerdà aporta una cuantificación exhaustiva de los beneficios que la mejora de las variedades de tomate ha supuesto en los últimos años para la agricultura española: