Acuerdo para investigar la mejora genética del trigo en Castilla y León

31/05/2021

El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) y la sociedad Gestión de Licencias Vegetales (Geslive) han firmado un protocolo de colaboración, mediante el cual se van a realizar ensayos con 22 variedades diferentes de trigo, con el fin de mejorar la calidad de la semilla y comprobar su adaptación al cambio climático.


El acuerdo permitirá determinar el comportamiento de diferentes variedades de trigos harineros de distintas épocas, desde ecotipos (variedades utilizadas a principios del siglo XX), a variedades de los años 50 y 60, de los años 90, de principios del siglo XXI y variedades actuales. Se trata de poder comprobar la evolución de la mejora genética, tanto a nivel de rendimientos como de resistencia a enfermedades, altura de las plantas o encamados, entre otros parámetros.

La dimensión total del ensayo, localizado en la Finca Zamadueñas en Valladolid, es de 1.200 metros cuadrados, repartido en unidades experimentales de doce metros cuadrados. Los resultados “aportarán datos clave para mejorar en la producción competitiva, sostenible y de calidad del trigo en Castilla y León. La genética y la biodiversidad son dos herramientas fundamentales que permitirán incrementar en el futuro los rendimientos y la rusticidad de los cultivos para su adaptación al cambio climático”, dijo el viceconsejero de Desarrollo Rural y director general del Itacyl, Jorge Llorente, encargado de firmar el acuerdo, junto al director general de Anove, Antonio Villarroel, como responsable de Geslive.

Por su parte, Antonio Villarroel indicó que “esta colaboración evidencia y refuerza la importancia estratégica que tiene la obtención vegetal ante los retos que afrontamos (cambio climático, estrategia europea ‘De la Granja a la Mesa’, etc.), como herramienta fundamental para asegurar la sostenibilidad y la rentabilidad futuras de la agricultura, particularmente en una región como Castilla y León”.

Desarrollo de los ensayos

Las prácticas que se realizan en el marco del convenio incluyen labores preparatorias del terreno previas a la siembra, tratamientos fitosanitarios, siembra del ensayo, seguimiento del ensayo, realización de jornadas, cosecha del ensayo, análisis de calidad de las harinas, análisis estadístico de los resultados y publicación y difusión de los mismos.

Los resultados serán trasferidos una vez sean evaluados los rendimientos estadísticamente. También se analizarán otros aspectos como resistencia a enfermedades, encamados, precocidad, etc.

El valor añadido de estos ensayos está en mostrar el comportamiento de variedades que casi son míticas en Castilla y León, que se han obtenido desarrollando las técnicas de mejora más modernas. Es una comparativa entre rusticidad y modernidad y tratar de ver la importancia de la mejora genética.

La novedad está en que la mayoría de los ensayos se realizan para mostrar el comportamiento de las nuevas variedades que aparecen en el mercado, mientras que este trata de comparar variedades de distintas épocas, algunas muy lejanas en el tiempo. Va a permitir ver qué pueden aportar las variedades más antiguas, si resisten mejor a algunas enfermedades y, si hubiera habido sequía, su comparación con las variedades actuales.

Para el sector lo más importante es que pueda visualizar el desarrollo genético de las nuevas variedades y la importancia de la mejora genética realizada por las empresas de semillas y los centros oficiales de investigación, sin perder de vista la importancia de la biodiversidad y la necesidad de conservar el material genético que aportan las variedades más antiguas.

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