El limón ecológico prosigue su ascenso imparable en España

La producción de limón ecológico cultivado bajo el modelo europeo en España alcanzó en 2020 las 172.642 toneladas, el 14% del volumen total de este fruto en nuestro país, y su superficie ascendió a 8.300 hectáreas, un 386% más respecto a 2012 y el 17% de la superficie nacional de este cultivo.

La evolución es tal que desde la Asociación Interprofesional del Limón y Pomelo de España (Ailimpo) pronostican que “en poco tiempo, la producción de limón bio será del 25% del total”. De hecho, el limón se ha convertido en el cítrico con mayor superficie en ecológico del país, representando ya el 43% de este grupo de cultivos, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación correspondientes a 2019.

El 100% de esta producción de limón orgánico se cultiva en tres comunidades autónomas: Andalucía, Región de Murcia y Comunidad Valenciana. En 2019, Andalucía fue el mayor productor, con 59.798 toneladas en 2.554 hectáreas; seguida de cerca por Murcia, que produce cuatro de cada diez limones ecológicos de origen España (54.680 t en 2.341 ha). En cuanto a la Comunidad Valenciana, el limón representa el 50% de la superficie bio cultivada, con un total de 22.591 toneladas en 2.151 hectáreas, según indican desde la Interprofesional.

“Los consumidores demandan cada vez más limón bio”, apuntan desde Ailimpo, y esto se refleja en la producción. Hace diez años, apenas existía cultivo ecológico de este cítrico en España y, desde entonces, su crecimiento ha ido en aumento. Así, si en 2012 la superficie cultivada en orgánico era de 1.7080 ha (4% del total), ocho años más tarde son 8.300 las hectáreas de cultivo ecológico de las 48.196 ha de limoneros que hay en nuestro país.

Este aumento de superficie está en línea con el Pacto Verde europeo y su estrategia asociada ‘De la Granja a la Mesa’ que, entre sus objetivos, aspira a que en 2030 el 25% de las tierras produzca en ecológico, una meta que el limón va camino de alcanzar.

“Este tipo de cultivo procede de una agricultura que conserva e incrementa la biodiversidad al fomentar la plantación de setos y arbolado; al suprimir los productos de síntesis que afectan a la fauna y a toda la cadena alimentaria”, afirman desde Ailimpo.