Por Marta Fernández, periodista agroalimentaria
El encargado de dirigir el encuentro ha sido José Miguel Herrero Velasco, director general de la Industria Alimentaria del MAPA, que ha estado acompañado de Belén Barreiro, socióloga CEO de 40dB, consultoría encargada de realizar el estudio; Diego Santos, sociólogo especialista en ocio y consumo; y Sandra Bravo, socióloga de tendencias y consultora.
El objetivo del encuentro, tal y como ha señalado José Miguel Herrero, ha sido "poner en valor la alimentación para dar pistas al sector de por dónde van las tendencias de alimentación. Por ello, a través de un dinámico coloquio, han ido desglosando las claves sobre las preferencias alimentarias de los españoles, ya que, como ha indicado José Miguel Herrero, "si entendemos bien la sociedad en la que estamos, entenderemos a nuestros consumidores", y de entre todos ellos, se le ha prestado especial atención a los denominados millennials, ya que configuran una nueva categoría de consumidores con características propias, entre las que la inmediatez de todo y la presencia digital se sitúan a la cabeza.
De esta forma, las principales conclusiones del estudio indican que la alimentación está moda, y en ello quizás han tenido mucho que ver los programas de televisión. Adentrándonos en materia, los consumidores tienen muy en cuenta los factores relacionados con la ética en la producción de alimentos pero, sin embargo, los millennials no sienten como un problema el desperdicio alimentario. Y en este punto, es destacable que los factores más vinculados al desperdicio alimentario son las comidas fuera del hogar y la dependencia del coche, ya que como ha señalado Belén Barreiro, hay una relación directa entre ir a la compra en coche y comprar por encima de las necesidades reales del consumidor.
Es también destacable la cada vez mayor importancia que está cobrando el origen de los alimentos, ganando enteros la producción local. Un factor importante teniendo en cuenta el actual contexto de globalización, ha explicado Belén Barreiro, que además ha matizado que cabe esperar que sea una tendencia de futuro.
El etiquetado de los productos y la sobreinformación también ocupan un lugar propio y, con respecto a esta última, foros, blogs y redes sociales se han erigido como principales fuentes de información sobre alimentación para los consumidores, dando pie, por tanto, a la proliferación de fake news.
Entretanto, en el capítulo de salud e información, la importancia dada a la dieta equilibrada, aún estando a la cabeza, está perdiendo peso a favor de la 'dieta belleza', y junto a azúcares -que encabezan el ranking de ingredientes a los que más atención se presta-, grasas y aditivos, se cuelan las calorías.
Para concluir, el (escaso) tiempo cobra valor entre los consumidores que, a pesar de vivir en un permanente estado de inmediatez y volatilidad -muy marcado por las tecnologías-, apuestan cada vez más por una gestión analógica del tiempo como necesidad para marcar una pausa y reencontrarse con sus raíces y, por curioso que parezca, los huertos urbanos aparecen entre las preferencias de los consumidores.