20/03/2018
El presidente de Feria de Zaragoza, Manuel Teruel, presentaba la pasada edición de Fima, unos días antes de su apertura, con indisimulada alegría.
Recordaba los inicios del certamen en un paseo zaragozano que “llamaban el Paseo de las Gorras de colores” para introducir la edición más grande de la historia y desgranaba lo que iban a ser cinco días inolvidables
Fima 2018 iba a ser, con 1572 marcas expositoras de más de 50 países y un 8% de incremento de superficie, una cita de récords. “La más grande de España de cualquier sector” y casi la más visitada, según afirmaba Teruel. Y eso, matizaba, teniendo en cuenta que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han provocado una reducción del tamaño de los estands. Acompañado por el director general y el director comercial y de márquetin de la institución, Rogelio Cuairán y Alberto López, el presidente anunciaba
la intención de superar los 230 000 visitantes de 2016.
Después, facilitaba algunas cifras para ayudar a ponderar la verdadera dimensión del evento: más de 5000 millones de euros de maquinaria en exposición; más de 300 millones de impacto económico en Zaragoza; grupos de compra de 20 países diferentes y de tres continentes; visitantes individuales acreditados de 80 países... Todo ello poco para lo que la propia feria ha indicado tras cerrar sus puertas “con el respaldo total del mercado”. Según la nota oficial, el resultado final ha posicionado a Fima “como líder en Europa”, es decir, lo que Manuel Teruel ya insinuaba: que la feria zaragozana se sitúa el frente del mercado internacional en cuanto a avances y desarrollo de maquinaria agrícola.
Para los visitantes no era fácil discernir tal cuestión, pero la práctica totalidad de los que hablaron con Agricultura coincidían en subrayar la dimensión de la feria y su constante crecimiento. Tras la clausura, Teruel ha expresado su satisfacción por la celebración y el desarrollo del certamen, al tiempo que ha mostrado “el compromiso de Feria de Zaragoza por llevar a cabo un intenso análisis” acerca de los asuntos que contribuyan al crecimiento y a una mejor gestión del mismo.
242 000 visitantes emparejan a Fima con la gran cita del turismo, Fitur
En este sentido, la mejora de los servicios está en boca de todos. De la propia feria, porque poco a poco va mejorando sus infraestructuras superiores y de comunicaciones, aunque más despacio de lo que muchos querrían.
De los expositores y visitantes, porque no encuentran la comodidad que les gustaría en cuestiones tan simples como el número de servicios sanitarios disponibles o la calidad y el precio de la comida que se sirve en los diferentes espacios.
El problema de los accesos y el de los precios de los hoteles es un clásico, por otra parte, en cuya solución casi nadie confía. Pero las magnitudes importantes ahí están: 242 000 visitantes profesionales han respaldado con su presencia la cuadragésima edición de una Fima que la propia organización califica “de oro”, entre otras cosas, porque comenzó con la presencia de Su Majestad el Rey Felipe VI, quien quiso, de este modo, “mostrar el apoyo de la Corona a un sector tan importante para la economía nacional como es el agroalimentario”. Durante cinco días Feria de Zaragoza se ha convertido en el núcleo del mercado agrícola con cifras diarias de récords, si bien la organización resalta la jornada del 22 de febrero como una fecha para recordar por los 71 000 visitantes profesionales que hollaron sus concurridos pasillos.
También lo decía Teruel en su presentación: las nuevas tecnologías lo están cambiando todo. Y eso es lo que ha resultado fácil de comprobar a lo largo de los once pabellones de Feria de Zaragoza donde se ha mostrado “la cara más tecnológica de un sector cuyo presente y futuro pasa por una profesionalización y un desarrollo más productivo del campo”, de acuerdo con los organizadores.
“En pocos años -añaden- se ha pasado de un mercado que hasta ahora ofrecía herramientas que favorecían la productividad de la tierra a poner de manifiesto la importancia de incorporar la tecnología digital para la gestión de la tierra mediante la utilización de inteligencia artificial, drones o GPS”. En este número de Agricultura el lector podrá encontrar abundante contenido al respecto, puesto que, ciertamente, nuestros redactores se encontraron en la feria con un “canto” a las TIC que, si algo augura, es una clara revolución en la forma de gestionar las explotaciones. Eso sí, si lo tecnológico es lo espectacular, lo mecánico no se queda atrás en su evolución, como acertadamente nos ha hecho ver también el director comercial de Fendt España en la entrevista que sigue a estas páginas. También siguen a estas páginas otras donde se podrán comprobar muchas de la novedades técnicas o estratégicas que las grandes marcas de maquinaria han hecho públicas estos días.
“Uno de los aspectos relevantes de Fima es su capacidad para ser, además de centro de negocio, escenario para el debate”, nos recuerdan al hacer el balance final. Y este es verdaderamente otro de los grandes valores del evento, pues las decenas de actos paralelos que tienen lugar constituyen, en palabras de un visitante asiduo a los mismos, un “gran flujo de conocimiento”. “El problema -indica- es que la agenda no da para todo y mucho de lo que se cuenta pasa desapercibido porque el público no puede estar a las visitas y a las presentaciones”.
No obstante, en el marco del salón se han desarrollado más de cincuenta eventos que han reunido a cerca de 5000 asistentes. El más destacado, el VI Foro Nacional de Desarrollo Rural organizado por el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco, en el que, además de desfilar notables especialistas del sector, se han podido comprobar interesantes experiencias prácticas llevadas a cabo por los propios agricultores.
Los viejos del lugar habrán echado en falta en este capítulo de actividades paralelas la reunión anual de ACCOE (Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España), que en su desencuentro con Feria de Zaragoza ha abandonado estas instalaciones para congregar a sus invitados en otro lugar. Mala solución, quizás, para unos y otros. En todo caso, Fima 2018 ha cumplido las expectativas anunciadas por su presidente y probablemente no de forma excepcional. El certamen ha llegado a su cuadragésima edición en plana forma y con ganas de liderar a los de su clase en Europa. Este es el reto a partir de ahora… además de mejorar aquellas pequeñas y grandes cosas en las que expositores y visitantes insisten.