UE-Mercosur: el acuerdo de la discordia

Por Ángela Fernández, periodista agroalimentaria

En los últimos meses se ha hablado largo y tendido de uno de los últimos acuerdos alcanzados por la Unión Europea para facilitar el comercio internacional con terceros países, en este caso  no con uno solo, sino con un conjunto de ellos, el formado principalmente por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. El texto ha colmado de preocupación a las organizaciones agrarias, que temen un impacto negativo para los productores europeos, mientras que las Administraciones ven en el paso dado una buena oportunidad. Veamos por qué.

Días antes de la firma del tratado, varias organizaciones agrarias españolas -Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias- lanzaron un comunicado conjunto alertando de que un posible acuerdo “desequilibrado” pondría en peligro “ciertas producciones agrarias, especialmente algunas mediterráneas”, además del tejido económico de las zonas productoras, e incluso “el modelo productivo europeo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente”. Tras refrendar el documento, la Comisión Europea aseguró que el nuevo marco comercial generará a ambas partes oportunidades de crecimiento sostenible, preservando el respeto al medio ambiente y los intereses de los consumidores y de sectores económicos sensibles.

Sin embargo, las organizaciones de productores sienten que el sector agrario ha sido utilizado de forma reiterada como moneda de cambio en este tipo de negociaciones para favorecer intereses de otros sectores. “En los acuerdos comerciales, la experiencia nos viene diciendo que ya solo el hecho de que los negociadores utilicen palabras como ganadores y perdedores, es sintomático de que siempre son los mismos los que pagan, por eso los miramos con recelo”, afirma el responsable de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) en Bruselas, Gonzalo Corrales. “En el caso concreto del acuerdo con Mercosur”, añade, “se da la circunstancia de que hay un desequilibrio tremendo de cifras y de productos. Se habla de grandes cifras macroeconómicas, de un mercado de casi 800 millones de consumidores pero, si nos vamos a los datos reales, son ciertos sectores, por ejemplo, el del automóvil, calzado, textil, maquinaria, productos químicos o productos farmacéuticos, los que se van a beneficiar de la rebaja de aranceles”.

Una de arena…

Para comprender mejor las diferentes posturas, vayamos por partes. Analicemos en primer lugar los aspectos positivos del tratado. “La clara vocación internacional del sector agroalimentario español hace que España salga beneficiada por la apertura del comercio internacional y por los acuerdos firmados por la UE”, asegura el secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Fernando Miranda, que destaca que “este acuerdo es el primero que firma Mercosur, de modo que nuestros productos van a estar allí antes que los de nuestros competidores”.