20/09/2019
Son dos de las principales conclusiones del informe ‘Hábitos de aprovechamiento de los alimentos en los hogares españoles’, de la plataforma de estudios AECOC Shopperview.
En el lado positivo, el informe refleja que el 91,6% del total de la población asegura que no suele tirar comida, y solo el 7,7% considera que desperdicia alimentos con frecuencia. Estos datos, basado en las percepciones de los ciudadanos, contrastan con los resultados obtenidos a través del Panel de cuantificación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que advierte de un crecimiento de la pérdida de alimentos en los hogares españoles.
“Este contraste demuestra que, en ocasiones, no somos conscientes de la gran cantidad de alimentos tanto preparados como frescos que acabamos desechando, y esto debe hacernos reflexionar sobre el valor de los alimentos más allá de cuál sea su precio”, declara la responsable del proyecto contra el desperdicio alimentario de Aecoc, Núria de Pedraza.
Desperdiciamos, sobre todo, frutas y verduras
Otra de las conclusiones de mayor relevancia del informe elaborado por Aecoc confirma que las frutas y verduras son, claramente, los productos que más desperdicio generan, concretamente el 67,2% de los hogares. Por su parte, un 17,8% reconoce que acaba tirando el pan y la bollería y un 15,8% que se deshace de las salsas. En cambio, tan solo el 6,3% de los consumidores afirma que acaba tirando carnes y pescados.
En cuanto a los motivos que llevan al desperdicio, el 46,4% apunta a la mala planificación a la hora de hacer la compra, mientras que el 35,4% considera que la vida útil de los alimentos es demasiado corta.
¿Qué lleva a los consumidores a tirar alimentos? El olor es la causa más citada, con el 39% de los encuestados, por un 35% que se fija en el aspecto. Tan solo el 14% de los consumidores cita la fecha de caducidad como principal indicador para deshacerse de un alimento, por un 9% que se fija en el sabor y un 3% en la fecha de consumo preferente.
El informe de Aecoc llama la atención sobre la gran confusión existente en torno a la diferencia entre fecha de caducidad y de consumo preferente. Así, el 43% de los consumidores cree que un producto se puede consumir porque sigue siendo seguro una vez caducado. Esta confusión es especialmente significativa entre los mayores de 65 años.
La confusión alrededor de este concepto tiene impacto los hábitos de los ciudadanos, ya que hasta un 73% de los encuestados reconoce consumir productos una vez caducados, por solo un 26,9% que respeta siempre la fecha de caducidad indicada.