08/03/2023
“A pesar de los ‘esques’, lo que me hacía feliz era volver a mi tierra, a Asturias, a ser campesina”, cuenta Cristina Secades, ganadora de la cuarta edición de los premios TalentA -impulsados por Corteva y Fademur- en la categoría de ‘Mujer Rural’ y dotado con 8.000 euros. Las otras finalistas han sido Laia Ribes, con su proyecto Sánima Herbs, y Andrea Arias, por A Santa Viña. Por su parte, Natalia Escaño, impulsora de Lana Merimorena, ha obtenido el premio en la categoría Universitaria -que ha celebrado este año su primera edición en colaboración con la Universidad de Sevilla-.
Si algo define a los premios TalentA es que son unos galardones que cautivan a quien se acerca a sus protagonistas, porque transmiten pasión e ilusión por sus proyectos, fruto de un arduo trabajo no exento de las dificultades aún intrínsecas a determinados territorios del medio rural -como son la falta de servicios o las deficientes comunicaciones, por citar dos- que, lamentablemente, son una piedra más en la brecha campo-ciudad.
Una realidad que, sin embargo, no es obstáculo para que cada vez sean más las mujeres empoderadas, que no locas a pesar de lo que muchos crean, que apuestan por desafiar a las estadísticas y establecerse en el medio rural.
Retroinnovación
Porque, como afirmó durante el encuentro Teresa López, presidenta de Fademur, “estos proyectos son presente, pero también son futuro para nuestros pueblos”. De ahí que, como añadió Isabel Bombal, directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria del MAPA, “estas mujeres son esenciales para el Reto Demográfico y ayudarlas a ellas es ayudar a la sociedad”. Una sociedad, que hay que subrayar, aún debe continuar trabajando para derribar las numerosas brechas que mantiene activas.
Por eso es tan importante el trabajo de impulso y visibilización de premios que, como TalentA, ponen en el mapa social y económico el trabajo de sus protagonistas, cuyo denominador común es la recuperación y el impulso social, económico y ambiental bajo los máximos estándares de calidad y sostenibilidad de sus pueblos.
Así, el objetivo del proyecto de Natalia Escaño es transformar la lana a través de un proyecto integral en torno a la puesta en valor y transformación de lo que es actualmente un residuo local.
Por su parte, Cristina Secades es la primera productora de minikiwis ecológicos a través de un proyecto basado en la economía circular, utilizando energías renovables, materiales reciclados y elaborando sus propios abonos. Es lo que ello denomina “retroinnovación”.
El de Laiba Ribes es un proyecto basado en la producción de plantas aromáticas y medicinales en la isla de Ibiza. Paralelamente, ha creado un jardín visitable en el que realiza, visitas guiadas, actividades y talleres.
Por último, la iniciativa de Andrea Arias está basada en la elaboración del primer vino tostado de Garnacha Tintorera. Este proyecto rescata parcelas abandonadas a través de un modelo de producción basado en agricultura regenerativa y el uso responsable de recursos.
Más de 90 proyectos
Estos son solo cuatro ejemplos de las más de 90 candidaturas presentadas este año en nuestro país que, sumadas a las de las anteriores ediciones, suman 300 proyectos emprendedores con nombre de mujer. Todos ellos de gran calidad y sensibilidad. Lo cual quiere decir que hay futuro en el medio rural. La buena noticia, como Manuel Melgarejo, presidente para Iberia de Corteva Agriscience, es que TalentA continúa tendiendo la mano: “Otro año más desde Corteva queremos seguir mostrando nuestro compromiso con las comunidades y el empoderamiento femenino como parte de nuestro propósito por preservar el futuro del campo y garantizar el relevo generacional”.
Este año, Corteva, FADEMUR y la Universidad de Sevilla han contado con apoyo extra para tomar la decisión final, a través de una selección de periodistas especializadas en el sector agrario: Elisa Plumed, Susana Garrido, Silvia Soria y yo misma, en colaboración con APAE.