14/10/2019
Efectivamente, las mujeres, como los hombres, tienen un papel fundamental en el medio rural. No es cuestión de género, sino de igualdad. Así nos lo cuentan Milagros y Nadia, dos emprendedoras 'a pie de campo'. Milagros es de Lagartera, un pequeño municipio de Toledo, tiene 49 años y es agricultora y ganadera. Nadia explota junto a su marido una granja de caprino en Segurilla (Toledo), tiene 34 años y dos niños pequeños. Ambas decidieron hacer de su pasión, el campo y la ganadería, su profesión.
Sin embargo, el camino no es fácil. Y no solo por el devenir propio del negocio agropecuario. Sino por el hecho de ser mujer profesional en un mundo tradicionalmente de hombres. Porque, a día de hoy, la realidad es que el medio rural sigue estando masculinizado. No es algo que sea ni bueno ni malo. Simplemente es que juntos sumamos, de ahí que mujeres y jóvenes tengan asignados papeles protagonistas en las políticas de desarrollo rural como revulsivo frente al relevo generacional y la España vaciada.
Es, por lo tanto, necesario un reparto de tareas entre mujeres y hombres, y que estas abandonen su tradicional invisibilidad porque, recordemos, en el medio rural, por costumbre, el sustantivo 'mujer' ha ido acompañado del verbo 'ayudar' en lugar de 'trabajar'. La buena noticia es que, afortunadamente, a pesar de que la barrera de la invisibilidad aún está presente, comienza a resquebrajarse, y para ello, la conmemoración de este 15 de octubre y la celebración de actos como el encuentro de mujeres rurales que Fademur celebrará hoy en Madrid, la entrega de los Premios Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales del MAPA o las diversas charlas de sensibilización que se desarrollarán a lo largo de estos días, son fundamentales.
El resultado es que cada vez son más las mujeres que se unen de manera profesional a la actividad agraria, y aunque aún con una presencia minoritaria, ya comienza a haber más mujeres en los consejos rectores y órganos de decisión de cooperativas y entidades representativas. Eso sí, Nadia recuerda que aún queda mucho por trabajar.
Entre las conquistas menciona el acceso a la cotización de la mujer a la Seguridad Social, en parte gracias a la ley de titularidad compartida, "no solo por la cota de visibilidad que aporta, sino por lo que significa para nosotras".
Un paso muy importante, sin duda, pero sobre el que Milagros reflexiona. "Está muy bien aparecer en los papeles, pero también es necesario estar a pie de campo y asistir a las reuniones". Y ahí ambas coinciden en que, para avanzar, es necesario hacer autocrítica como colectivo "asumir nuestra responsabilidad para con esa decisión y dar un paso adelante. La mujer necesita empoderarse y hacerse más visible", dice Nadia. Para ello, la educación y las políticas de sensibilización que fomenten la igualdad de géneros son prioritarias.