19/02/2021
En el encuentro, inaugurado por el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, se analizó qué cambios o estrategias es necesario introducir para asegurar la pervivencia de esta forma de producir que, por sus características, no puede competir en costes con un olivar intensivo o superintensivo.
Para ello, la mesa de debate, moderada por la periodista agroalimentaria Ana I. Sánchez, contó con Manuel Jesús Sutil García, gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sierra Mágina; José Luis García Melgarejo, especialista en Desarrollo Agroalimentario y Producción Ecológica; y José Alfredo Martín Piñas, cofundador de Apadrinaunolivo.org.
Todos ellos pusieron en valor la importancia de estos olivares tradicionales o de bajo rendimiento, no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también por su crucial papel social y de creación y mantenimiento del empleo en entornos rurales que sufren la amenaza de la despoblación.
“El olivar de bajo rendimiento es fundamental en la agricultura española, porque probablemente es el cultivo más social que tenemos en nuestro país”, afirmó el consejero Francisco Martínez Arroyo, que instó a “conseguir que una parte de agricultores no profesionales propietarios se comprometan con el cultivo desde un punto de vista profesional y para eso hay que dar soluciones. La diferencia de rentabilidad entre un olivar superintensivo y de bajo rendimiento es enorme y esto hay que compensarlo”. De ahí la necesidad de que la nueva PAC contemple ayudas específicas para este tipo de cultivo, además de avanzar en un plan de reestructuración sectorial.
Estrategias de valorización
En la mesa redonda, los tertulianos analizaron qué estrategias existen ya o se pueden establecer para garantizar el futuro de este cultivo. Manuel Jesús Sutil puso de relieve que, para cubrir costes en un olivar con pendientes superiores al 20%, como es el de Sierra Mágina, se necesitan “precios de aceite en torno a los 3,5 euros” y están muy lejos de llegar a esos valores, de ahí que sean necesarias “actuaciones de los propios olivareros, impulsadas con el apoyo de la administración”.
Estas actuaciones tendrían como objetivo “diferenciar” este cultivo y, para ello, “las DO somos una herramienta, el olivar ecológico es otra herramienta, junto con distintas iniciativas de oleoturismo y, sobre todo, creo que hay que transmitir al consumidor cuándo un aceite de oliva virgen extra viene de este tipo de olivar y hay que ponerlo en valor”.
Precisamente, un ejemplo de una iniciativa llevada a cabo en nuestro país para rentabilizar este olivar de bajo rendimiento es el de Apadrinaunolivo.org. Su cofundador, José Alfredo Martín Piñas, explicó la labor que desempeña esta organización sin ánimo de lucro que, desde 2014, recaba financiación de particulares para frenar la despoblación y el abandono de estos cultivos en la localidad turolense de Oliete.
A día de hoy, cuentan con “6.000 padrinos y madrinas, que están permitiendo la recuperación de casi 15.000 olivos” y han conseguido “hacer algo que en la España vaciada era una quimera y cambiar el curso de Oliete”, con la construcción de “una almazara que empodera a 200 pequeños agricultores, que son los que realmente dan vida a la zona”.
Producción ecológica
Una de las formas de obtener aceites mejor valorados desde el punto de vista del precio es la producción ecológica que, en el caso del aceite, tiene todavía mucho recorrido en nuestro país. José Luis García Melgarejo aclaró que, si bien España es líder mundial en cuanto a superficie y producción de aceite de oliva, las hectáreas bajo certificación ecológica no superan el 8% de la superficie total.
García Melgarejo incidió en que la demanda del aceite ecológico “no para de crecer, especialmente en los mercados internacionales”. Sin embargo, para rentabilizarlo, no es suficiente solo con que sea ecológico, “tiene que tener calidad y tiene que ser virgen extra. Cuanta más calidad aportemos al producto, mayor rentabilidad le vamos a poder sacar a nuestra actividad”.
A este respecto, José Alfredo Martín Piñas afirmó que “no ser ecológico es pegarnos un tiro en el pie a nosotros mismos, e intentar producir más barato a costa de recursos naturales tampoco debería ser una opción. No nos interesa al sector ir al mercado más barato porque estamos perjudicando al 70% del olivar que tenemos en nuestro territorio”.
Por último, los participantes pusieron de relieve el papel que juega la comunicación en el presente y el futuro del olivar de bajo rendimiento. En este sentido, Manuel Jesús Sutil cree que el sector no puede dejar de “hacer promoción y comunicar”, un campo en el que se debe trabajar no solo por parte de la interprofesional, sino también desde los propios productores.
Puedes volver a ver la jornada en el canal de YouTube de Grupo Editorial Agrícola.