La patata española ante su oportunidad dorada

Por José Ignacio Falces, periodista

Son cada vez más las voces que hablan de la campaña 2019 como un año que va a marcar un antes y un después en el sector de la patata. Muchos podrían pensar que los buenos precios que están marcando toda la recogida puede ser la razón de esa calificación pero lo cierto es que el giro es mucho mayor, se trata de una modificación estructural del sector que va más allá de uno de los famosos picos de sierra que han marcado siempre este cultivo.

En primer lugar, como señala Javier Meléndez, director general de Patatas Meléndez, “el final de la campaña 2018 y el inicio de la actual solo se puede calificar de histórico, ya que nos estamos encontrando con mercados desabastecidos, con las cámaras vacías de patatas de conservación, algo que no recuerdo desde que trabajo en el sector. Este año Francia ha agotado todas sus existencias”, concluye.

Ese va a ser uno de los aspectos que hacen esta campaña diferente a todas las anteriores, a los que se suma otro hecho, y es que diversas fuentes hablan ya de los primeros síntomas de agotamiento de patatas de conservación, un problema con el que la interprofesional francesa ha lidiado muchos años. “El consumidor, afirma José Manuel Pelaéz, presidente del Comité de patata temprana de Europatat (Asociación Europea de Comerciantes de Patata), poco a poco, está dejando de lado esa patata, que entra por los ojos por su aspecto exterior, apostando por el producto nacional, de más calidad culinaria y que, como consecuencia del esfuerzo del conjunto del sector, ya tiene la capacidad de oferta de patata española todo el año”. Este es, sin lugar a dudas, un giro que abre grandes expectativas de futuro a este tubérculo en España.