28/11/2022
La FAO, la agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre, estima una demanda creciente de alimentos para 2050. Calcula que se necesitará aumentar su producción en un 70% para poder abastecer a los casi 10.000 millones de personas que poblarán el planeta.
La sequía, las temperaturas extremas, los suelos agotados y, como consecuencia, el déficit de insectos polinizadores de los que tanto dependen las cosechas, constituye un panorama desolador que está poniendo en jaque la actividad agraria. Por lo que urge el apoyo de la sociedad y las administraciones para paliar los efectos del cambio climático. Y estrategias que impulsen la polinización natural, que es el inicio de todo. De ella depende buena parte de la alimentación humana, ya que el 75% de las especies vegetales cultivadas son polinizadas por insectos. Y la polinización más precisa y eficiente corre a cargo de algunos insectos.
Así lo constata Francisco Puerta, profesor titular de Zoología de la Universidad de Córdoba y responsable del Centro Andaluz de Apicultura Ecológica, quien explica que “muchos de los cultivos que abastecen al hombre tienen polinización entomófila, no les basta el viento, necesitan la participación de insectos”.
Descenso de insectos polinizadores
Este experto asegura que “la fauna natural de insectos polinizadores está disminuyendo”. Y atribuye las causas, entre otras, “a la pérdida de superficies no cultivadas, silvestres, donde se cría el alimento natural de estos polinizadores”. En cuanto a la agricultura, indica que “la tendencia es a polinizar con especies muy concretas, no usando la mayor parte de las veces el amplio abanico de polinizadores naturales, sino una especie concreta sobre la que se diseñan procedimientos de cría y manejo. Es el caso de los abejorros del género Bombus, o de las abejas solitarias (Osmia, Mechachile…). Cuando el cultivo no necesita una especie polinizadora muy concreta, la polinización puede completarse mediante el uso de colectivos criados, mantenidos y reproducidos por el hombre en colmenas, como son las abejas melíferas que cuidan los apicultores”.
Los agricultores hace años que sufren los efectos del cambio climático y de la falta de polinización en los cultivos. A este respecto, Cristóbal Cano, secretario general de UPA Andalucía, indica que “la sostenibilidad económica de las explotaciones debe conllevar una sostenibilidad medioambiental”. Y advierte que “el cambio climático está provocando desfases florales, adelantos de la maduración de los frutos, tormentas muy perjudiciales para nuestros campos, y sequía. Al variar la temperatura se acortan los ciclos productivos, por lo que hay menos tiempo disponible para la floración. Todo eso influye negativamente, no solo en la desaparición de los insectos, sino también en la evolución de los cultivos”.
Según Cano, “el cambio climático es el responsable del aumento de plagas, la falta de alimento por sequía, la pérdida de polen por lluvias intensas, la floración débil, los incendios forestales, las pérdidas de producción y el descenso en la polinización agrícola”, en definitiva, una situación que, a juicio de esta organización agraria, pone “a la agricultura en concreto, pero en mucha mayor medida la ganadería, en serio peligro”.
UPA Andalucía apuesta “por una agricultura cada vez más respetuosa con el medio ambiente, mediante unas técnicas agrarias más eficientes”. Y señala, entre las medidas a adoptar para garantizar el ciclo natural del campo, “el uso de productos que eliminen las plagas y las enfermedades sin que dañen la fauna y la flora, el cuidado de las explotaciones y del suelo, y la apuesta por una agricultura ecológica o de producción integrada”. También indica que “se está produciendo una clara tendencia hacia cultivos más locales y menos intensivos, con ciclos productivos más largos que favorecen el desarrollo de los polinizadores. Es el caso del olivar tradicional, donde la población de insectos y de otras especies beneficiosas crece de forma exponencial”.
Fuente: Koppert
Según Francisco Puerta, “la disminución de los polinizadores naturales va de la mano de la sustitución de la flora natural que prospera en un ecosistema, por otra más conveniente para los intereses del hombre. O simplemente más resistente a la contaminación, a las plagas o a la disminución de las precipitaciones”. Y apunta que “generalmente las mismas causas que frenan la diversidad de especies de plantas son las que provocan la escasez de sus polinizadores naturales. En la mayoría de las zonas silvestres, una presencia moderada de colmenas contribuye a mejorar la polinización, ya que las abejas tienen un amplio espectro polinizador, y forman colectivos muy numerosos fáciles de criar, transportar y manejar”.
Puerta considera que “hablar de polinización natural en un cultivo va condenado a ser algo insostenible, por la propia definición de cultivo. Hay que gestionar una polinización sostenible, como hay que gestionar una agricultura sostenible, pero desgraciadamente, la agricultura no es un proceso natural desde el punto de vista evolutivo, ya que consiste en mantener una población anormalmente homogénea y densa de una sola especie aprovechable por el hombre. Por eso, el uso de poblaciones de polinizadores eficaces, versátiles y manejables como la especie Apis mellifera es tan importante, y no sólo un auxilio a la polinización de los espacios naturales”.
Nueva PAC y nuevas exigencias medioambientales
Europa, en los últimos años, ha ido tomado medidas importantes en su política agraria común para proteger el medio ambiente. Entre ellas, la prohibición de los neonicotinoides en cultivos al aire libre. Una medida que despertó polémica al tratarse de los insecticidas más utilizados en el mundo, pero que, según multitud de estudios, han provocado ya la muerte de millones de abejas.
Ahora, la nueva PAC, que entrará en vigor en 2023, recoge numerosas exigencias medioambientales que nunca antes se habían aplicado. Y presenta novedades como los eco-esquemas.
A este respecto, Cristóbal Cano considera “importante y más que acertada” la existencia de determinados eco-regímenes, “cuyo objetivo principal es favorecer la biodiversidad asociada a espacios agrarios, los paisajes, y la conservación y la calidad de los recursos naturales. Estos son, por ejemplo, la rotación de cultivos o el establecimiento de espacios de biodiversidad que, sin duda, redundarán en una mejora de la polinización.
Además, se está limitando el uso de productos fitosanitarios y herbicidas con carácter general y son mayores esas limitaciones a aquellos agricultores que solicitan ayudas PAC”. Cano asegura que los agricultores están haciendo un menor uso de los fitosanitarios, “ya que los consumidores demandan productos elaborados con técnicas más naturales y más sostenibles”.
Hacia nuevas formas de producción más sostenibles
España ha experimentado en los últimos años un cambio significativo en la forma de producir. La agricultura convencional ha ido dando paso a nuevos sistemas como la agricultura de conservación, la ecológica o la agricultura integrada. Nuevas formas de producción cada vez más extendidas, más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente y que ayudan a recuperar biodiversidad.
Según Cano, UPA Andalucía apoya la producción integrada y la ecológica de forma muy activa. “La gran mayoría de nuestros agricultores ha ido adaptando y mejorando sus técnicas de cultivo hacia una mayor sostenibilidad medioambiental”. Pero advierte que se trata de un cambio que requiere inversión y apoyo de las administraciones, pues el agricultor no puede afrontarlo en solitario.
Esta organización agraria apuesta “por una agricultura tradicional, de pequeñas y medianas explotaciones, que se base en técnicas sostenibles y cuidadosas con el medio ambiente”. Y considera que “no se puede equiparar una mayor demanda de alimentos con el incremento de explotaciones intensivas o superintensivas, porque esos sistemas de producción van en contra de la necesaria protección de la naturaleza”.
Polinización con abejorros: la solución de Koppert
Las empresas del sector, conscientes de la problemática -ahora agudizada por el cambio climático- a la que se enfrentan los agricultores, están aportando soluciones innovadoras y basadas en I+D+i. Es el caso de Koppert, que ofrece estrategias naturales para impulsar la polinización. Desde esta empresa confirman que “hay un creciente interés por la polinización con abejorros, tanto en cultivos protegidos como en cultivos al aire libre. Esto es debido a que el productor tiene cada vez más difícil garantizarse la presencia de polinizadores en cantidad y calidad suficientes para asegurar el óptimo cuaje de las flores y, en consecuencia, una cosecha con el rendimiento adecuado”.
“Las colmenas de abejorros son una fuente confiable de polinizadores, de forma continua, segura y garantizada”, destaca Javier Villegas, especialista de Koppert en cultivos al aire libre. “De ahí -añade- que estén cada vez más presentes en cultivos al aire libre como almendro, melón, sandía y frutales de hueso y pepita”.
Koppert comercializa diferentes tipos de colmenas que se adaptan a las necesidades de cada uno de estos cultivos. Respecto a las colmenas de abejorros que comercializa con la marca Natupol®, destaca como principal beneficio que “el productor tiene la tranquilidad de que no se van a quedar flores sin cuajar, ya que la capacidad de trabajo del abejorro es mucho mayor que la de la abeja, pues puede trabajar incluso en días nublados y con viento, y transportar más cantidad de polen al ser más grande su cuerpo”. Javier Villegas señala como ventajas añadidas “que el agricultor puede manejar las colmenas de abejorros a su gusto y él decide cuándo y dónde las coloca”, así como que “el patrón de trabajo del abejorro está optimizado para la polinización cruzada”.
Según Koppert, el rendimiento óptimo de una colmena Natupol® se prolonga hasta ocho semanas. Y añade que, “como la ventana de polinización suele ser mucho más corta en cultivos al aire libre, el productor puede trasladar esas mismas colmenas a otra parcela y así sucesivamente hasta que las colmenas lleguen al final de su vida útil. Con esto se rentabiliza al máximo la inversión en abejorros”, explica Javier Villegas. Este especialista asegura que “estamos creciendo mucho en almendro, por ejemplo, ya que el uso de colmenas de abejorros incrementa la productividad hasta un 20% y esta es una ventaja muy importante para la mayoría de los agricultores, porque de esta forma consiguen mejorar el rendimiento y la rentabilidad del cultivo”.
Polinización con abejorros en frutos rojos
El uso de colmenas de abejorros ya es habitual desde hace años para la producción de hortícolas, especialmente en tomate. Y los buenos resultados que Koppert asegura haber conseguido en los invernaderos de hortalizas los ha trasladado recientemente a las producciones de fresa y frutos rojos, “donde los abejorros han demostrado rápidamente su superioridad. Son cultivos con ventanas de floración muy cortas y se necesita una polinización muy rápida y eficaz”, según explica Gonzalo García, director comercial de Koppert en Andalucía occidental. Koppert destaca sus “importantes éxitos en frutos rojos” con la colmena Tripol®, que contiene tres nidos de tamaño estándar. “El número de obreras es mucho mayor y en pocos días consiguen una óptima polinización antes de que el periodo de floración finalice”. En la práctica, asegura Gonzalo García, “esto ha revolucionado la forma de producir frutos rojos en la zona de Huelva y ha maximizado la productividad”.
Carlos Masiá, director de Marketing de Masiá Ciscar, empresa productora y comercializadora de frutas ubicada en Lepe, Huelva, asegura que “la polinización es esencial en cualquier fruta y más aún si hablamos de las berries, que tienen un polen de mayor tamaño que el de otras frutas. A esto hay que añadir que las primeras floraciones, que son las más importantes y las más complicadas, aparecen durante el invierno con niveles altos de humedad, por lo que se hace casi obligatorio el apoyo con colmenas de abejorros. Esto es debido a que cuando hay humedad en el ambiente, el polen no tiene la capacidad suficiente para llegar a través del aire de una flor a otra, por lo que necesitamos la ayuda del insecto para hacer la famosa polinización cruzada. Esto va a favorecer a la calidad y al tamaño de la fruta en cuestión y, algo muy importante, a la homogeneidad en los frutos”.
Masiá señala que “siempre hemos sido conscientes de la importancia de la polinización, y más aún con un apoyo de colmenas de abejorros de mucha calidad como las que nos suministra Koppert, que duran más o menos unas 8 semanas. Nosotros valoramos especialmente que las colmenas de Koppert contienen nidos con un número de obreras muy elevado, y esto hace que en pocos días hagan el trabajo de la polinización de una forma más rápida y eficiente”.
Abejorro entrando en colmena Natupol®. Fuente: Koppert