La RedFAra pone en valor el modelo de gestión de la sanidad vegetal en Aragón

08/05/2019

La Red de Vigilancia Fitosanitaria de Aragón, RedFAra, ha dado a conocer su modelo de gestión, basado en una colaboración público-privada que garantiza un correcto control de la sanidad vegetal en la comunidad autónoma y, por lo tanto, la seguridad alimentaria de los vegetales producidos en la región. 


Dicho modelo comienza con la labor en el campo de los técnicos especializados de las Agrupaciones de Tratamientos Integrados en Agricultura, ATRIAS, que semanalmente toman datos en más de 350 puntos de control de cinco tipos de cultivos: herbáceos, olivar, viña, frutales y hortalizas. Cooperativas Agro-alimentarias es quien coordina el trabajo de los técnicos, en el que se incluye la introducción de datos en una app, denominada también RedFAra. Esta información sirve al Centro de Sanidad y Certificación Vegetal del Gobierno de Aragón, CSCV, para publicar sus avisos y boletines fitosanitarios. Por su parte, el Centro de Innovación y Tecnología Agroalimentaria del Gobierno de Aragón, CITA, colabora en la realización de ensayos e investigaciones, mientras que la Asociación para la Promoción de la Gestión Integrada de Plagas, Aprogip, ayuda en la difusión informaciones y sirve de plataforma de contacto entre los diferentes actores de la red. 

Esta cooperación y colaboración entre entidades públicas y privadas ha sido uno de los puntos destacados en la jornada titulada “La Red de Vigilancia Fitosanitaria de Aragón: una oportunidad” organizada por la RedFAra y celebrada en Ibercaja Patio de la Infanta, en Zaragoza. En dicho encuentro, el asesor del Grupo Anecoop, Francisco Borrás, agradeció la labor de los técnicos de las ATRIAS, ya que España es uno de los países de la Unión Europea con menos alertas sanitarias en los cultivos. Borrás aseguró que la RASFF de la Unión Europea, (Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos) es, a fecha de hoy, el sistema más efectivo del mundo en este tipo de controles.

Borrás pidió a las administraciones públicas españolas que ayuden al sector hortofrutícola europeo a agilizar los protocolos de exportación de producciones vegetales, y a que las negociaciones con terceros países se hagan desde el seno de la Unión Europea, y no desde cada estado miembro que quiera exportar. El director general de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas, AEPLA, Carlos Palomar, solicitó rigor científico y no político a la hora de tratar los asuntos relativos a las materias activas que se usan en los fitosanitarios. “Hay partidos políticos que prohíben el glifosato y otros que lo defienden. Es una pena que la defensa de una materia activa no sea una cuestión científica y se haya convertido en un asunto político”, apuntó. 

Palomar afirmó que algunas empresas del sector están trabajando para, a través de las nuevas tecnologías, desarrollar sistemas de recomendaciones fitosanitarias que ayuden al agricultor en la gestión diaria de la sanidad vegetal en los cultivos. Por su parte, el director general de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Valentín Almansa, detalló que el modelo actual de agricultura que demanda la sociedad no es como el de hace unas décadas, por lo que es necesario adaptarse a la agricultura del futuro. “Una agricultura en la que la aplicación de fitosanitarios será la última herramienta a usar por el agricultor, puesto que antes deberá trabajar en prevenir la aparición de plagas o enfermedades mediante otros sistemas”. 

Al respecto, Almansa anunció que, si en años anteriores España había autorizado de forma excepcional el uso de algunas materias activas porque eran la única manera para solucionar determinados focos, a partir de ahora se va a reducir dichas “excepcionales”, puesto que el objetivo de la Administración “no es atajar los síntomas, sino ayudar a encontrar el origen del problema para poner remedio desde el principio”. Por último, el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, reconoció el papel de la Red de Vigilancia Fitosanitaria de Aragón, RedFAra, destacando la labor de las ATRIAS y de Cooperativas Agro-alimentarias en el funcionamiento de la misma, lo que evidencia que la cooperación de organismos privados como estos, junto a entidades públicas como el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal, CSCV, o el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, CITA, puede resultar muy eficiente.

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