Regadíos en España: el reto de la modernización

06/11/2020

El agua es esencial para el desarrollo de la vida y, por tanto, de la producción agrícola. Sin embargo, es un bien limitado, que ha de repartirse entre una población en continuo crecimiento y la agricultura afronta, a su vez, condiciones climáticas cada vez más extremas. La falta de lluvias y la minoración de recursos hídricos han obligado a agudizar el ingenio, impulsando la modernización de infraestructuras y sistemas de riego, una materia en la que España ha hecho notables avances.

Por Ángela Fernández y Manel González, periodistas agroalimentarios


La importancia de tener una buena gestión de los recursos hídricos en nuestro país queda patente en las cifras del sector agrario. Del total de 16.985.275 hectáreas de tierras de cultivo contabilizadas en España en 2019, un 22,54% fueron de regadío; 3.828.747 hectáreas que equivalen al 7,57% de los 50.595.575 hectáreas que componen la superficie geográfica nacional, y que en ese año aumentaron un 1,44% respecto a 2018 (3.774.286 ha) y un 2,55% respecto a 2017 (3.733.695 ha). Así se desprende del Informe sobre Regadíos en España 2019 elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que analiza la situación de los regadíos agrícolas españoles en el periodo 2009-2019 tomando como fuente de datos la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de cultivos (Esyrce).

Las cuatro comunidades autónomas con más superficie regada son Andalucía (1.107.324 ha – 28,92% del regadío total nacional); Castilla-La Mancha (567.866 ha –14,83%); Castilla y León (465.583 ha – 12,16%) y Aragón (418.104 ha – 10,92%). Por tipo de cultivos, los cereales son el grupo que abarca mayor superficie de riego (946.508 ha -24,72%), seguidos por el olivar (837.488 ha - 21,87%) y el viñedo (398.600 ha – 10,41%). En otros cultivos el riego es mayoritario en relación con su extensión. Es el caso de los cítricos y las hortalizas, con un 93,21% y un 88,63%, respectivamente, de superficies irrigadas respecto a la superficie total existente de dichos cultivos.

Todas estas cifras sitúan a nuestro país como el primero en superficie de regadío de la Unión Europea, aportando este tipo de agricultura más del 65% de la producción vegetal nacional, tal y como indicaba el año pasado el propio Ministerio en un comunicado.

En cuanto al tipo de sistemas más utilizados, en los últimos años se ha producido una tendencia hacia la tecnificación y la búsqueda de la eficiencia. “Debido a los procesos de modernización de regadíos de las últimas décadas y al gran esfuerzo de agricultores, de comunidades de regantes y a la ayuda proveniente de las administraciones tanto central como autonómicas en la financiación de las obras de transformación, se ha conseguido disminuir considerablemente las zonas regadas por riegos en superficie y su transformación a riegos a presión, sobre todo por goteo”, indica Miguel Ángel Monge, ingeniero técnico Agrícola por la UPM, autor del libro “Diseño agronómico e hidráulico de riegos agrícolas a presión”.

De hecho, España es uno de los países del mundo con mayor superficie de riego localizado, que demanda menos agua que el sistema de gravedad. En este sentido, el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), Andrés del Campo, destaca el “gran esfuerzo” que los regantes están haciendo para modernizar sus sistemas.

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