12/06/2018
Por Jesús López Colmenarejo, director ejecutivo
Esto, que parece una frase hecha, en términos de medio rural es mucho más que una realidad: una agricultura de regadío, productiva y rentable es clave para promover un desarrollo rural sostenible.
El regadío es la base de una agricultura cuyos productos cuentan con presencia y prestigio en cada vez más países del mundo. El caso más claro son nuestras frutas y hortalizas, que siguen liderando el volumen nacional de las exportaciones con 17 245 millones de euros en 2017.
Pero, a su vez, el agua es lucha y reivindicación. Una reclamación permanente de aquellas zonas de España que consideran que tienen derecho a contar con un acceso al regadío que les permita luchar (entre otros temas) contra la despoblación que amenaza su medio rural. En el Congreso Nacional de Comunidades de Regantes de España, celebrado en Torrevieja este mes de mayo, se ha dado un paso más en la búsqueda de ese acuerdo nacional, ya que la ministra García Tejerina ha presentado en él el primer borrador de la Estrategia Nacional de Regadíos 2018–2025.
La prioridad será la finalización de todas las inversiones que ya están en marcha, para lo cual la Estrategia contempla herramientas como auditorías hídricas, energéticas y de gestión. De igual forma se generalizará la medición de los consumos de agua por parte de los regantes, bonificando a los usuarios más eficientes. En este tema será clave el papel de las Comunidades de Regantes, a las que se reforzará dotándolas de una mayor capacidad jurídica, técnica y de operatividad.
Otro pilar esencial en la Estrategia será el impulso de la innovación, uno de los ejes esenciales del Programa Nacional de Desarrollo Rural, que cuenta con 57 M€ e impulsará la creación de grupos operativos relacionados con el regadío.
En materia de eficiencia en la financiación, hasta 2020 las CC.AA. tienen previstas en sus programas de desarrollo rural inversiones en una superficie de más de 250 000 ha, con un gasto público estimado de 500 millones de euros. A estas superficies se sumarán otras 555 000 ha cuya modernización tiene un coste estimado de 2500 M€ y que se realizarán a través de Seiasa, para así poder alcanzar la modernización de 800 000 ha de superficie regada.
El objetivo del Gobierno es que se sumen al Pacto el resto de fuerzas políticas e interlocutores representativos del sector agrario, fomentando una estrategia estable que no fluctúe según quien gobierne. En principio hay acuerdo en trabajar para aportar fuentes alternativas de abastecimiento como el agua desalada, la reutilización de agua residual depurada, el uso sostenible de acuíferos... pero las líneas rojas se encuentran en el origen principal: los trasvases. Y la historia reciente demuestra que hablar de trasvases en España es hablar de frentes más que de diálogo. Esta primavera lluviosa parece que ha evitado mirar a los embalses, pero si el debate se produjera con los embalses vacíos las actitudes podrían no ser las adecuadas...