24/03/2021
Eso hace que tengan que asesorarse para buscar los contratos más beneficiosos del mercado energético porque, a nadie se le escapa, que la energía es el factor más limitante en los nuevos regadíos. Un asesoramiento que tendrá que ser casi a contrarreloj porque a partir del próximo mes de junio entrará en vigor una nueva modificación de las tarifas eléctricas para el regadío de nuestro país.
El tema ha sido objeto de debate y discusión en una de las tertulias Agrícola Café organizada por el Grupo Editorial Agrícola / Valle del Ebro, para poner sobre la mesa toda la información del sector. El encuentro estuvo patrocinado por Reale Seguros y Bombeatec, contó con la colaboración de Fenacore, Quimsa ITW/Norden Agro y Sembralia.
En ella participaron Andrés del Campo, presidente de Fenacore, Alejandro Serrano, gerente de Bombeatec, y José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza. Los tres han compartido su visión sobre lo que supondrá para las comunidades de regantes las nuevas tarifas. También avanzaron algunas alternativas a la que tendrán que sumarse para buscar las soluciones más ventajosas.
Individualizar cada caso y ajustar las horas de programación
Uno de los cambios más directos que afectará a todas las instalaciones de riego de bombeo es que van a pasar a ser seis períodos tarifarios. “Esto indica que habrá menos horas baratas y más horas de precios intermedios” según señaló el profesor Yusta.
La nueva normativa también obligará a buscar asesoramiento ante la multitud de opciones, por eso “habrá que estudiar individualmente cada instalación porque las consecuencias de la nueva tarifa serán diferentes en cada caso”, explicó el profesor. Se van a modificar todas las potencias contratadas y eso “podría triplicar” el coste de esas potencias contratadas en muchos casos. Argumentó sus palabras con tres ejemplos en los que, dependiendo de la instalación y las horas de trabajo, el incremento del precio en la tarifa energética puede oscilar entre un 10% y un 30% más que hasta ahora.
El titular de la Universidad de Zaragoza comparte con los regantes que el nuevo escenario es un “destrozo” para los agricultores y que están obligados a buscar alternativas. Soluciones que explicaremos en las próximas líneas. Los regantes no están contentos con el nuevo cambio y plantean varias propuestas al gobierno para hacer rentables sus comunidades aunque, por el momento, sin mucho éxito. Desde Fenacore, su presidente Andrés del Campo, señala algunas de ellas:
1.- Adaptar la norma para permitir una modificación de la potencia contratada
2.- Energía para autoconsumo
3.- Facturar por la potencia real registrada
4.- Reducir el IVA
Del Campo considera necesario poder modificar la potencia contratada, al menos dos veces al año. De esta forma, dice, “se puede distinguir entre la época de riego y la de no riego con tarifas diferentes". Esa propuesta está recogida en la enmienda aprobada en los Presupuestos Generales del Estado de 2021, pero no se ha desarrollado. Por ese motivo se muestra pesimista sobre la posibilidad de que sea contemplada finalmente en la normativa. Desde la Federación Nacional de Regantes apuestan también por un mayor autoconsumo de las comunidades de regantes para no depender de las compañías eléctricas y para facturar por la potencia real registrada. Es decir pagar por un consumo real. “No queremos una subvención, sino pagar por lo que se consume realmente, eso justificaría el consumo de energía”.
Otra de sus propuestas pasa por reducir el IVA. Una medida que ya se realiza en Italia y en otros países europeos con un impuesto especial, lo que supone una “bonificación directa para el regante”. La crítica de los regantes al cambio normativo la justifica en el trabajo que han hecho durante los últimos años modernizando sus instalaciones. “El 75% de nuestro regadío está modernizado y ahora el premio es cambiar la tarifa. Se han olvidado de que falta más de un millón de hectáreas por modernizar”, asegura Del Campo.
Alternativas: regulación y renovables
En apenas tres meses, y con la campaña de riego en pleno apogeo, llegará ese cambio en las tarifas. Por eso los agricultores están buscando ya soluciones para que el incremento del precio de la energía no sea otro varapalo y un mayor gasto para el sector.
Una solución podría estar en el cambio de compañía. Actualmente hay más de 300 comercializadoras de energía prestando servicios en nuestro país y, como sucede con las compañías telefónicas o aseguradoras, quizá es momento de buscar el producto más adecuado. Existen diferentes formatos de ofertas y se trata de encontrar y acertar con las oportunidades que ofrece el mercado libre.
Otra opción son las energías renovables, cada vez con mayor peso en el mercado energético mundial y español. Desde Bombeatec, empresa de bombeo de alta potencia con energía solar, su gerente Alejandro Serrano, asegura que los regantes son el segundo mayor consumidor de energía en España, solo por detrás de ADIF. Y plantea adaptar las instalaciones a las energías renovables como la fotovoltaica o la eólica como soluciones. Esa alternativa para evitar el aumento del peaje podría ser el bombeo con fotovoltaica que permite una “visibilidad de costes y te hace inmune a los cambios tarifarios”, según Alejandro Serrano.
Desde Fenacore recuerdan que el 60% de los costes totales del precio de la energía dependen del gobierno y que también son o deberían ser parte implicada en la solución. Señalan que las balsas de agua y las obras de regulación en los ríos pueden servir para acumular energía. “Las balsas permiten bombear energía barata y utilizar el agua en las horas más caras para regar”, dice Del Campo. Con las obras de regulación “hemos logrado que no haya sequía hidráulica porque aseguramos el abastecimiento de agua y el regadío” explican desde la federación de regantes.
“Sin regulación hidráulica no hay futuro para los regadíos”, así de tajante se muestra el profesor Yusta. Idea compartida también desde Bombeatec que aseguran que sin esas obras “las comunidades de regantes tendrían que sacar agua del subsuelo con un coste aún mayor”.
Se observan otras opciones, como la compra conjunta de energía, práctica habitual en otros países europeos pero que, de momento, en España no están resultando atractivas por muchos intentos de las cooperativas de consumo. Hay empresas que ayudan a monitorizar los sistemas de riego y a modernizar, pero quizá se echa de menos una mayor inversión en facilitar la vida al regante. En una época en la que todo está en las pantallas las empresas no han encontrado o no han querido desarrollar una app que sirva de utilidad a los agricultores.
Financiación
Otro aspecto importante al que se ven sometidos los regantes son las obras que tienen que asumir a la hora de poner en marcha o modernizar sus regadíos. Son obras costosas y caras que, difícilmente, pueden soportar. Es por ello que buscan en las empresas contratos de compraventa a 15 o 20 años vista para evitar un fuerte desembolso económico. Es frecuente que en esas operaciones los agricultores pongan las tierras a disposición de las empresas para que éstas coloquen sus placas solares. Después, a cambio de un precio, esa inversión la puede asumir la comunidad de regantes o seguir siendo gestionada por la empresa. Esa es una de las opciones más frecuentes. Pero hay más. Otras operaciones son los préstamos bancarios o el renting cuya fórmula, aseguran desde Bombeatec, está funcionando “muy bien”.
También ponen el foco en las licitaciones públicas, que “deberían tener requisitos técnicos más concretos para evitar instalaciones que luego no son eficaces”, explican desde la Universidad de Zaragoza. En este sentido Serrano señala que en los próximos años habrá una criba importante de las empresas que no hacen bien las cosas, ya que genera también una imagen que daña el sector fotovoltaico. Una proyección que se ha ido deteriorando con el paso de los años.
Ese deterioro ha ido acompañado del aumento del autoconsumo eléctrico. Hace unos años se produjo un boom con la llegada de las placas solares y su posibilidad de aplicación para abaratar el bombeo eléctrico. Parecía una buena solución para combatir el peaje energético. El tiempo ha demostrado que ésta práctica solo es rentable si realmente se autoconsume y no se utiliza para vender el sobrante a la red eléctrica. Una práctica en la que muchos, vieron negocio y el tiempo ha demostrado que no lo ha sido.
Conclusiones
Con sus explicaciones, los expertos consideran que el precio medio de la luz seguirá subiendo en el corto y el medio plazo. Y también lo hará la alta volatilidad de los precios a la que estamos asistiendo desde hace unos meses. “Hemos visto cómo el precio se disparó en enero por la tormenta Filomena, bajó mucho en febrero y ahora ha vuelto a subir por los precios del petróleo y el gas”, señala Yusta. Es por eso, que “hay que contar con las fluctuaciones del mercado a la hora de contratar”. Y en eso tienen que estar muy bien asesorados los regantes.
Las energías renovables han abierto un mercado imparable y pueden ayudar a democratizar los precios de la energía. Esto puede favorecer a los consumidores más cualificados que no resentirán el incremento de las tarifas. Por su parte, aquellos menos cualificados o mal asesorados es posible que sufran más la subida de las tarifas, asegura Serrano.
Mientras, los regantes siguen asistiendo a un mercado que les pone la productividad y rentabilidad de sus negocios cada vez más complicadas. Además de preocuparse por atender su actividad, deben asesorarse, con el gasto que conlleva, para asegurarse un suministro rentable que cada vez más está limitado por las tarifas de la energía y por el incremento de las mismas.