23/01/2017
Los usos del agua marcan el nivel de desarrollo económico de un país.
En la última década, su consumo para regadío en España ha pasado de representar el 80% del total a concentrar el 63%, un descenso que la sitúa por debajo de la media. A escala mundial, la agricultura consume el 70% de los recursos hídricos.
Los expertos apuntan que no es tanto el problema la escasez del agua como su gobernanza como su solución en países desarrollados como en vías de desarrollo para afrontar el reto de la alimentación de un mundo superpoblado. En su ayuda también acuden las nuevas tecnologías para aprovechar los recursos hídricos, como la agricultura de precisión, que transformará del todo el concepto de gestión de las explotaciones. El uso de las energías alternativas ya es un hecho que se consumará para reducir el elevado coste que mueve los regadíos. En suma, tendencias que marcarán un futuro, que por qué no, se somete aquí a un ejercicio de ciencia ficción.
Sin desperdiciar el agua
Son agricultores conquenses. Joaquín Tribaldos aborda sus dotes de vaticinio. Su hermano gemelo, Herminio, expresa la dificultad del ejercicio: “Hablar sobre algo de dentro de 34 años, con lo cambiante que es todo hoy en día, es complicado”. Joaquín asume que los regadíos, con la falta de agua que cada vez va a más y una sequía galopante, será un tema que tendrá que evolucionar muchísimo para poder gestionar y aprovechar cada gota de agua.
“Las parcelas con riego estarán equipadas con algún sistema totalmente robotizado mediante sensores de humedad y sistemas que sean capaces de realizar riegos localizados en las zonas que necesiten agua. Otro factor que ayudará a ahorrar agua serán las fotos aéreas de los cultivos, para así poder detectar las zonas que necesitan riego y cuáles no”.
En resumen, agricultores, técnicos y regantes piensan que el riego tendrá que optar por sistemas capaces de hacer riegos localizados en las zonas que realmente lo necesiten con el objetivo de no desperdiciar ni una sola gota de agua.
Todo en manos de la gestión
En las sucesivas ediciones de la Encuesta Anual sobre Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, el agua está en el punto de mira, como unas de las mayores preocupaciones a nivel global. Para aminorar crisis de su abastecimiento, unos de los enfoques es gestionar los recursos hídricos eficaz y sosteniblemente.
La evaluación de la huella de agua es una herramienta muy útil. Sus indicadores en agricultura abren la puerta a políticas e iniciativas específicas para ahorrar agua. Por ejemplo, “el análisis de la huella hídrica se incluyó en los planes hidrológicos de cuenca en España”, según Ramón Llamas.
Llamado “la voz del agua” en España, actualmente director del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, subraya que “es necesario reasignar los recursos que tenemos según los usos”. Esta convencido de que “hay que mejorar es la gobernanza del agua. Eso es más difícil de corregir que la escasez física”.