Este encuentro ha servido para analizar el resultado de la reestructuración producida en el sector desde la desaparición del sistema de cuotas en 2006. Las distintas delegaciones han expuesto, sobre la base de un cuestionario elaborado por la Comisión, cuál ha sido el impacto de dicho proceso en sus respectivos países, así como las políticas que se han aplicado hasta el momento en cada Estado miembro y las principales inquietudes del sector.
En concreto, el GAN ha evaluado las relaciones entre las industrias y los agricultores, las herramientas de gestión de riesgos y de mercados, y los apoyos que brindan al sector algunos Estados miembros a través de pagos acoplados. Asimismo, se ha puesto de manifiesto la necesidad de mayor transparencia en la información del sector o del análisis del reparto del valor a lo largo de la cadena hasta el consumidor.
Cultivo en España
En su intervención, Fernando Miranda presentó los resultados de la reestructuración del sector español, así como las características específicas de este cultivo en España, muy tecnificado y vinculado al regadío, lo que hace más elevados los costes, a pesar de lo cual los rendimientos son los más altos del continente. Ante el GAN, Miranda incidió en la conveniencia de que el análisis del sector se realice no solo en términos de rentabilidad y eficiencia, sino también bajo una perspectiva social que tenga en cuenta la creación de empleo y la fijación de población en el medio rural. La producción de remolacha en España debe ser mantenida por su importante contribución en los territorios en los que se localiza, todo ello en una perspectiva a medio y largo plazo.
En este sentido, el secretario general subrayó también la importancia de apoyar el mantenimiento de la industria transformadora, para contribuir a evitar el despoblamiento de determinadas zonas del medio rural. Para ello, España cuenta con instrumentos como los pagos vinculados a la producción que, según Miranda, no deben ser cuestionados ya que son esenciales para mantener el tejido productivo en el país. Además, destacó la necesidad de fortalecer el poder de negociación de los agricultores a través de acuerdos interprofesionales equilibrados y estables, con el fin de asegurar una renta suficiente a los productores y fortalecer el tejido productivo. También apostó por apoyar la innovación y la modernización para afrontar los retos del sector, como los derivados de las restricciones del uso de materias activas y de los costes energéticos.