04/01/2019
En esta publicación se explica el funcionamiento de este sistema, su estructura y las funciones que desempeñan los actores que lo integran, además de exponer las distintas modalidades de seguros que existen y los principales riesgos asegurables. Se incluye, asimismo, un apartado dedicado a sus cuatro décadas de historia en el que queda patente la evolución que han experimentado las pólizas en cuanto a producciones y riesgos garantizados.
Así, mientras que en el primer Plan de Seguros Agrarios Combinados, aprobado en 1980, se incluían solo cinco líneas para cereales, cítricos, uva de vino, tabaco y manzana, a día de hoy el número de líneas de seguro es de 44 y cubre la práctica totalidad de las producciones agrarias.
Además, durante los cinco primeros años de vida del Sistema de Seguros Agrarios, el capital asegurado se situaba en el entorno de los 1.800 millones de euros, mientras que en 2018 se estima que se acerque a los 14.000 millones de euros, es decir, se habrá multiplicado casi por ocho en las cuatro décadas de existencia del seguro agrario.
Futuro del sistema
En cuanto a las perspectivas de futuro, en la citada publicación se recogen algunos de los principales retos a los que se enfrentará el sistema, como son el cambio climático y la universalización de la protección del sector agrario a través de la contratación.
Según aclara el Ministerio de Agricultura, la revisión y el perfeccionamiento de los seguros vigentes constituyen las principales vías de trabajo en la actualidad, con el fin de adaptar esta herramienta de gestión de riesgos a la realidad productiva de las explotaciones del presente, contribuyendo a garantizar su rentabilidad, estabilidad y fortaleza para afrontar los retos del futuro.
Origen
La Ley de Seguros Agrarios se dictó hace 40 años con el fin de obtener un sistema integral de aseguramiento agrario, después de diversos intentos anteriores que no llegaron a consolidarse. Así, en 1978 se optó por un sistema mixto público-privado, del que forman parte tanto asegurados y aseguradores, como el sector público con responsabilidades en los actuales Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación, y de Economía y Empresa.
La estructura básica de esta norma permanece casi inalterable desde sus orígenes, aunque los sucesivos planes anuales de seguros agrarios han evolucionado de forma perceptible a lo largo de las últimas décadas. En torno a este marco regulador, ha sido posible desarrollar un sistema de seguros agrarios que se ha consolidado como una herramienta de gestión de riesgos de referencia a nivel internacional, con la que se busca contribuir al mantenimiento de la Producción Final Agraria, propiciando la viabilidad económica de las explotaciones agropecuarias.