En dicho encuentro, los productores exportadores asociados de Fepex y Proexport, solicitaron de nuevo una de sus principales reivindicaciones sobre aspectos fitosanitarios: dar una solución a los problemas de los cultivos menores. Así, en el transcurso de la reunión, José Antonio González Martín, subdirector general de Sanidad e Higiene Vegetal y Forestal, entendió la importancia de dotar a los cultivos menores (rúcula, apio, escarola, espinaca...) de un sistema que permita el registro de productos fitosanitarios necesarios para combatir las plagas y enfermedades fúngicas que amenazan la rentabilidad de estos cultivos.
"Es una reivindicación muy antigua, hace muchos años que venimos solicitando un sistema que nos permita disponer de herramientas contra insectos y enfermedades que actualmente no tienen solución. Pero hasta ahora, nadie se había comprometido a trabajar para encontrar esa solución, lo que ha provocado grandes pérdidas a lo largo de los años", declaraba Abelardo Hernández, responsable técnico de Proexport .
En concreto, el Ministerio se ha comprometido a establecer un procedimiento que ya está previsto en la legislación europea y que permite la ampliación de uso a un cultivo menor de un fitosanitario que ya esté autorizado. "Todavía hay que concretar el procedimiento, pero es la primera vez que alguien en el MAGRAMA decide buscar una solución a un problema ya viejo", añade Hernández.
De esta forma, el nuevo equipo de la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, encabezado por Valentín Almansa de Lara, ha dado respuesta a una demanda histórica de los productores y exportadores hortofrutícolas, que encontraban en la dificultad de aprobación de fitosanitarios una desventaja frente a otros países comunitarios que minaba la competitividad del sector exportador hortofrutícola español.
Los cultivos menores cuentan con superficies de plantación reducidas y carecen hasta la fecha de herramientas que permitan a los productores luchar eficazmente contra las plagas más destructivas. Para las empresas asociadas de Proexport estos cultivos representan una facturación de 120 millones de euros.