Por Antonio Martínez, periodista agroalimentario
En un mundo que ya se mueve a la velocidad de gigabites e incluso de terabites por segundo, da la sensación que el campo español aún se desplaza a velocidad de tractor. ¿O no? José Luis Molina, presidente de la empresa almeriense Hispatec, especializada en aplicaciones de tecnologías de la información para el sector agrario, no comparte del todo ese diagnóstico.
Y nos pone un ejemplo bastante esclarecedor: “En la crisis del pepino de 2011, con software de nuestra empresa, se detectó en menos de cinco minutos toda la trazabilidad e información de la partida de pepinos que había sido acusada de ser la causante del aquel problema alimentario. Se demostró que no lo era y eso le valió al sector más de 200 millones de indemnizaciones por parte del Gobierno alemán y salvaguardar el buen nombre del sector hortofrutícola español”.
Juan Sagarna, director del Departamento de Servicios, Calidad e Innovación de Cooperativas Agro-alimentarias de España, también rechaza la imagen de un sector agrario ajeno a la revolución digital que sacude nuestro mundo:
“Yo creo que el sector y todos los que lo componen, somos conscientes que hay una oportunidad muy importante con todo lo relacionado con la digitalización, a distintos niveles: a nivel de producción, de transformación, a nivel de logística, de distribución, incluso como una herramienta para llegar al consumidor a través de trazabilidad, a través de realidad aumentada en el futuro y demás tecnologías relacionadas con lo digital".
"Y ¿por qué? Porque estamos viendo cómo otros agentes que no estaban presentes en el sector agroalimentario están apostando de forma decidida por estas tecnologías. Tenemos el ejemplo de Amazon en la gran distribución. Además, todos los expertos en el mundo de la economía digital prevén que uno de los grandes beneficiarios de la introducción de estas tecnologías puede ser el sector agroalimentario”.
Sagarna cita en concreto el informe de Rabobank “Impact of Bing Data on Farming” que estima que la aplicación de estas tecnologías puede generar un valor añadido de unos 9.000 millones de euros anuales a la agricultura mundial, tomando como referencia solo los principales cultivos. Unos 1.800 millones solo en la Unión Europea. [... ampliar info]