16-04-2014
Los agricultores que riegan sus cultivos con el caudal del río Ter, principalmente productores de maíz, alfalfa, frutales y arroz, han adoptado un plan de trabajo para fomentar el ahorro del consumo de agua, cuya consecuencia ha sido una reducción del gasto del 30 por ciento. El trabajo ha sido coordinado desde el Centro Mas Badia del Instituto de Investigación y Tecnología Alimentaria (IRTA) en la persona de Josep Maria Pagès, director de la estación experimental.
Este resultado se ha conseguido gracias a la instalación de una serie de sondas para medir la humedad del suelo, gracias a las cuales los agricultores han podido tener un conocimiento exacto de las necesidades hídricas, adaptando de este modo el riego a las necesidades del cultivo. Una concreción de la cantidad de agua, teniendo en cuenta la zona en la que se encontraba cada cultivo, el calendario y la transformación de los sistemas de irrigación han sido las claves del descenso del consumo.
Las comunidades de regantes del Ter, que alcanzan los seis siglos de antigüedad en algunos casos, dominan un área de 10.600 hectáreas. El ahorro del agua se produce además sin que perjudique las producciones e, incluso, ha mejorado los rendimientos en algunos casos. Tras una reunión con el director general del Desarrollo Rural de la Generalitat, Jordi Sala, y con Josep Maria Pagès, los regantes del Ter han acordado la adopción definitiva de este plan, que próximamente se presentará para su implementación progresiva ante el compromiso que representa con una agricultura más sostenible.