La posición del Gobierno de España, en concreto del Ministerio de Agricultura, respecto a las políticas de agua en nuestro país aboga por un modelo agrario más sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental.
Así lo corroboran fuentes consultadas del citado Ministerio, afirmando que “una de las grandes apuestas del Gobierno de España es lograr un regadío moderno y sostenible, ya que es un elemento clave avanzar hacia el futuro modelo agrario del siglo XXI”. Para este objetivo el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha declarado estar haciendo un “importante esfuerzo inversor para seguir modernizando y digitalizando los regadíos, con el objetivo de que los agricultores puedan obtener una mayor producción, con la utilización de menos recursos naturales y lograr así una agricultura más sostenible y rentable”.
En este punto y con este fin, desde el Gobierno afirman que se seguirán aumentando los recursos propios destinados a la transformación y modernización de regadíos y dedicando fondos europeos -tanto los del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, como del Fondo Europeo de Desarrollo Rural (FEADER)-.
Sin embargo, en este tema del agua hay muchas discrepancias con la postura institucional, a la que se acusa de dejar al agricultor en un segundo plano y priorizar los intereses ecologistas y medioambientales.