20/08/2018
Esta iniciativa nace con la intención de dar a conocer a la sociedad las bondades del aprovechamiento del piñón ibérico, aportar a los propietarios alguna solución frente a la baja productividad actual del pino piñonero y salvar a una industria exportadora, asentada en el medio rural, que ha invertido y ha sabido modernizarse, pero que no puede rentabilizar sus inversiones por falta de materia prima.
Los integrantes de este Grupo Operativo son la Fundación Cesefor, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León (Fafcyle), las empresas Ecología y Espacio, S.L. y Sanidad Agrícola Econex, S.L., la sociedad cooperativa PiñonSol CyL como industria transformadora, el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) y el Consorci Forestal de Catalunya.
La propuesta de este proyecto innovador pretende sensibilizar y concienciar al consumidor final del alto valor nutritivo y dietético de este fruto seco y proporcionarle herramientas para facilitar su diferenciación de otros piñones de calidad muy inferior que se venden actualmente como sucedáneos del piñón mediterráneo.
Un segundo objetivo consiste en dar soluciones al grave problema productivo del pino piñonero que parece muy vinculado a la expansión de una chinche, el Leptoglossus occidentalis, que succiona las piñas secándolas totalmente, abortándolas, o en parte, disminuyendo su rendimiento en piñón, circunstancia que está arruinando a la industria transformadora, que paga por un producto cuyo rendimiento es totalmente aleatorio.
Las actividades previstas con el lanzamiento del grupo operativo 'Pinea' incluyen la creación de una red de trabajo nacional para integrar todos los puntos de vista de la cadena productiva/de valor y donde se puedan consensuar las líneas prioritarias a desarrollar para dinamizar la producción del piñón ibérico.
Sólo hace 5 años, España y Portugal eran los principales productores de ‘piñón real’ del mundo y por ahora siguen albergando el 70% de la superficie mundial de esta especie, con más de 600.000 ha, aunque su producción ya prácticamente ni siquiera figure en las estadísticas mundiales dado su escaso volumen. El alto valor que se otorga al piñón ibérico en el mercado contrasta con la situación de riesgo de la industria asociada por falta de materia prima y con el de un productor que necesita urgentemente apoyo tecnológico para afrontar los graves problemas bióticos y abióticos que merman la rentabilidad de su producción.