¿Cómo evitar la Xylella Fastidiosa?

10/02/2017

Un patógeno temible

Xylella se instala en el xilema de las plantas que infecta. El xilema es la red de vasos conductores que transporta agua y sales minerales desde la raíz al resto de los tejidos. Viajando por estos conductos la bacteria se extiende por toda la planta.

Cuando crece y se multiplica, tapona los vasos e interrumpe el flujo de savia. Las plantas entonces empiezan a manifestar unos síntomas similares a los que provoca cualquier otra forma de estrés hídrico. Se empiezan secando las hojas, luego los brotes, las ramas, e incluso, finalmente, la planta entera. Como la bacteria se desenvuelve en el interior de la planta, no hay tratamientos efectivos contra ella, más que la eliminación de la propia planta.

Otra característica fundamental de esta bacteria es su enorme rango potencial de hospedadores. Aunque Xylella fastidiosa está compuesta por varias subespecies, cada una con su particular grupo de plantas hospedadoras, juntas suman más de 300 especies de plantas de todo tipo, monocotiledóneas y dicotiledóneas, herbáceas y leñosas. Algunas de ellas, como viñas, cítricos, almendros, melocotoneros, ciruelos, arándanos o Quercus tienen una importancia agrícola clave en toda la zona mediterránea. Otras, como adelfas, jacarandas, fresnos, olmos o plátanos de sombra, son comunes como ornamentales o silvestres.

Muy dificil de erradicar 

Para dificultar más las cosas, en muchas plantas silvestres Xylella se multiplica sin provocar daños ni síntomas aparentes de enfermedad. Estas plantas infectadas son difíciles de detectar, y por tanto, de eliminar, y actúan como un reservorio natural, una especie de refugio en el que la bacteria mantiene poblaciones que en cualquier momento pueden infectar nuevas plantas. De hecho, la experiencia hasta el momento ha sido que, una vez instalada en campo, la bacteria ya no ha podido ser erradicada de ninguno de los territorios que ha ido colonizando en América y Taiwán.

La transmisión entre plantas ocurre por medio de insectos vectores. Son principalmente cercópidos, cicádidas y cicadelinos, semejantes en general a pequeñas cigarras. Son particularmente frecuentes en las gramíneas. Todos poseen un pequeño estilete con el que penetran en los tejidos de la planta, llegan hasta el xilema y absorben la savia bruta de la que se alimentan. Con el estilete llevan la bacteria del xilema de una planta a otra. Son insectos que, por lo general, pasan desapercibidos a los agricultores porque son pequeños, no se concentran en grandes poblaciones y no causan daños importantes a las plantas.

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