25/10/2017
Llegando estas fechas de finales de septiembre y primeros de octubre, en las que empiezan las labores de siembra, el agricultor empieza a pensar si las condiciones climatológicas se lo van a permitir, así como en los tratamientos herbicidas a realizar y las labores previas para poder purgar los suelos de las semillas y las malas hierbas (amapola, ballico, bromo, etc.) que cada vez son más resistentes a muchas de las materias activas de los herbicidas que encontramos en el mercado.
Contra estas malas hierbas resistentes hay que luchar desde varios enfoques y, uno de ellos, es la fertilización en la siembra. Si se realiza abonados a toda la superficie, sin localizar el fertilizante, se favorecerá la proliferación de estas malas hierbas sobre las parcelas. Lo más indicado, por tanto, es fertilizar y nutrir el cultivo que se va a implantar y que este sea el único que reciba el aporte de nutrientes. En este sentido, cada día más se está produciendo una mayor proliferación de modelos de sembradoras combinadas que nos permiten realizar la labor de siembra conjuntamente con la labor de fertilización.
En la larga experiencia de ICL Specialty Fertilizers con la utilización de este tipo de sistema de siembra, incluida la siembra directa combinada, han observado que el control de las malas hierbas es más efectivo, al mismo tiempo que se obtienen mejores resultados con respecto a la calidad de siembra y una mejor calidad de plántula preparada fisiológicamente para recibir una cobertera idónea.
Pero, ¿qué tipo de fertilizante usar en la siembra y de qué forma aplicarlo?
El abonado de siembra bien aplicado y elegido representa entre el 30-40% de la producción final de nuestro cultivo de cereal de invierno. El 60-70% del abonado corresponde a una buena elección del fertilizante de cobertera y, sobre todo, a una buena aplicación en el estado fenológico de la planta para que este sea lo más efectivo posible.
Desde ICL Specialty Fertilizers recomiendan utilizar un fertilizante de siembra de forma localizada, junto a la semilla, y que este tenga una parte del nitrógeno y fósforo de forma controlada, lo que denominamos “Fertilizantes de Liberación Controlada”. Es muy importante que el nitrógeno nos dure hasta la aplicación de la cobertera y, también, que el fosforo aplicado no se bloquee en el suelo por un pH elevado. Para ello hemos diseñado la nueva tecnología Emax, específica para el encapsulado de nitrógeno,y la tecnología Resin, que nos permite encapsular el MAP (fosfato monoamónico). Ambas tecnologías son la clave para que la liberación controlada de estos nutrientes sea eficaz y duradera.
La dosis que se debería aplicar en el caso de los fertilizantes de liberación controlada y aplicados de forma localizada tipo AgromasterStart, podemos reducir las dosis hasta los 50-75 kg/ha, algo muy importante a la hora de controlar la eficiencia y eficacia de un fertilizante de siembra ya que permitirá mejorar la condicionalidad y poder incrementar las unidades fertilizantes de cara a la cobertera. Es una forma de mejorar el medio ambiente y sobre todo evitar la contaminación de las zonas ya vulnerables.