10/10/2017
En una agricultura cada vez más tecnificada, son muchos los viveristas y agricultores que comienzan a comprobar las ventajas de la aportación de micorrizas al inicio del desarrollo de las plantas.
En este artículo abordamos una gama de producto que, con la futura modificación de la legislación europea de fertilizantes, va a tener un respaldo que garantizará su valor agronómico.
Por Álvaro Bárez, periodista agroalimentario
Cuando sale a relucir el nombre de “micorriza” cualquiera podría pensar que se trata de un producto o desarrollo gestado en un laboratorio. Nada más lejos de la realidad. Y es que según cuenta José Miguel Barea, profesor emérito del Departamento de Microbiología del Suelo y Sistemas Simbióticos de la Estación Experimental del Zaidín (Granada), existen evidencias concluyentes de que las plantas, desde sus orígenes, vivieron íntimamente asociadas con ciertos hongos microscópicos en forma de simbiosis (en griego, vida en común).
Y es que, según comenta, al evolucionar las raíces de las plantas, hace unos 400 millones de años, es en esos órganos donde se establece la simbiosis con el hongo, formando las llamadas micorrizas (del griego mikos, hongo, y rhizos, raíz). “El hongo coloniza las raíces, sin causar daño alguno a la planta, y posteriormente desarrolla unas estructuras filamentosas (hifas) que se extienden y ramifican en el suelo, especializadas en la búsqueda y captación de nutrientes”, destaca este profesor ya jubilado que aún da cursos tanto en Granada como en América Latina sobre un tema del que lleva estudiando, ni más ni menos, desde 1973.
¿Qué es eso de las micorrizas?
La micorriza es una relación simbiótica natural entre hongos del suelo y las raíces de la planta, donde cada uno sobrevive y crece con la ayuda del otro. En esta asociación, la planta suministra al hongo los productos carbonados de la fotosíntesis y recibe agua y nutrientes transportados por el hongo desde el suelo.
La planta micorrizada resulta vitalizada gracias a un sistema radical más desarrollado y a una mayor eficiencia en el aprovechamiento del agua y de los nutrientes por el extenso micelio que el hongo extiende. Además, la micorriza proporciona protección frente a factores de estrés como sequía, salinidad, contaminantes y enfermedades de raíz. Como consecuencia de ello, se promueve el crecimiento de la raíz y de la parte aérea de la planta y su vigor se ve reforzado.
Fuente: Myco Soluciones
Lo que podría parecer a primera vista una relación huésped-parásito es más bien, y como dicen los modernos, un “win-win”: “Un inóculo micorriza solamente se puede multiplicar en presencia de una, o más, planta huésped. Es muy distinto de otros productos biológicos que se consiguen multiplicar en sistemas de fermentación. Está compuesto de una mezcla de un sustrato inerte con esporas del hongo, de micelio del mismo (marañas de filamentos), y de fragmentos de raíces inoculadas de las plantas huéspedes que se usan para la multiplicación.
Aunque en un sistema productivo se consiguen concentraciones mayores de estos componentes, no es distinto de lo que se encuentra naturalmente en las raíces de una planta y en sus alrededores. Desde este punto de vista es un producto agrícola tal como una zanahoria o un rollo de césped”, concluye didácticamente Michel de Rougemont, director de Mycosym, una compañía de origen alemán que desarrolla y comercializa micorrizas y que actualmente tiene su sede en Riogordo, en plena Axarquía malagueña.
Se puede decir que la micorriza proporciona a la planta un estado natural en que puede aprovechar mejor los nutrientes que hay o que se ponen en el suelo, que permite un mejor alcance al agua, y que proporciona a la planta une capacidad de resistencia y recuperación a todos tipos de estrés, sequía, salinidad de aguas o de suelos, contaminantes, manejos de trasplante... En términos generales es un producto de mejoramiento de la planta (PEP, Plant Enhancement Product).
¿Qué dimensión tiene el mercado de los técnicamente conocidos como IFMA (inóculos formadores de micorriza arbuscular)? Se puede decir que está repartido entre pocos productores, por lo que no existen datos que sumen sus actividades. “Al modo de ver de Mycosym el desarrollo del mercado es positivo, aunque de manera bastante tímida exigiendo esfuerzosgrandes de aclaración y de seguimiento Al no ser ni pesticida ni fertilizante los agricultores quieren tener más información, en particular cuales son las situaciones en que merece la pena invertir en su uso y en qué situación el valor biológico no permite alcanzar un rendimiento económico”. [...]