15/11/2016
Por: Manuel Olmo y Rafael Villar. Área de Ecología. Universidad de Córdoba.
El biocarbón es un material rico en carbono que se obtiene de la descomposición termo-química de residuos orgánicos a temperaturas que generalmente oscilan entre 300 y 700 ºC, y en ausencia de oxígeno (pirólisis) (Foto 1). El proceso de pirólisis estabiliza el carbono existente en la materia orgánica en una forma más resistente (recalcitrante) a la descomposición química y biológica, por lo que al ser incorporado al suelo no se degrada y el carbono no es emitido a la atmósfera, como ocurre con la descomposición de materia orgánica sin pirolizar (Lehmann & Joseph, 2009). Las características del biocarbón le confi eren la capacidad de mejorar las características del suelo y aumentar la productividad de los cultivos, contribuyendo además al secuestro de carbono.
Los efectos del biocarbón sobre las propiedades del suelo dependen de las características de cada biocarbón, que a su vez dependen de las propiedades del material del que se obtiene y de las condiciones de pirólisis (Alburquerque & col., 2014). No obstante, los biocarbones comparten una serie de características comunes, como son: un alto contenido de carbono recalcitrante y de nutrientes (K, Ca, Mg, P, S, etc.), y pH generalmente alcalino. Además los biocarbones son poco densos y porosos (Foto 1), lo que les permite retener agua y nutrientes.