Banco Santander y Powen acercan el autoconsumo energético al profesional del campo

Por Manel González, periodista

“Llevamos décadas apoyando al sector agroalimentario”. Desde el Banco Santander no se cansan de repetirlo. En este caso, es precisamente su directora de Negocio Agroalimentario, Lorena Ruiz, quien defiende el respaldo prestado por la entidad a lo largo de su historia a un “sector clave de la economía española por varios motivos: la aportación al PIB, que supone más del 10%; la generación de empleo a lo largo de todo el territorio, que supone el 12%; y algo muy importante, que es la balanza exportadora”. Tres razones de peso que han llevado a Banco Santander a cerrar un acuerdo con la compañía Powen para acercar al agricultor y al ganadero la posibilidad del autoconsumo energético.

La corporación presidida por Ana Botín ofrecerá financiación a sus clientes para la instalación de placas solares con la empresa especializada en energía fotovoltaica.

Este convenio “se engloba dentro de la apuesta que Banco Santander tiene por la sostenibilidad”, explica Ruiz a Agricultura durante la presentación del mismo, en el marco de la feria Fruit Attraction. Su compañero Jon Barañano, director de Productos de Empresas de Santander España, enumera los tres pilares de dicha apuesta: “predicamos con el ejemplo, pues toda la energía que utiliza el banco es renovable; estamos alineados con los ODS de la ONU y nuestra cartera en 2050 será de cero emisiones; y facilitamos a las empresas esa transición hacia medios sostenibles”.

Y en ese camino han elegido a Powen como escudera. Esta compañía de reconocido prestigio con más de 20 años de experiencia en el sector de instalación de placas fotovoltaicas ya cuenta con acuerdos similares en otros sectores, como el del ocio. Desembarca ahora con fuerza en el agro, justo cuando el precio de la electricidad se convierte en la gota que colma el vaso de preocupaciones del agricultor. “El mundo agrícola es un gran consumidor de electricidad”, señala su CEO, José Benjumea, “y por tanto, esas variaciones de costes que no puede trasladar al consumidor final claramente suponen un gran problema, incluso generando situaciones de pérdidas. Pero hay una oportunidad y hay que gestionarla bien: con sol y espacio, que es justo lo que tiene un agricultor, eres capaz de producirte tu propia energía, empiezas a tener tú el control y además eres sostenible”, apunta.

¿Qué necesita el profesional del campo para pasarse al autoconsumo energético?

“Lo único que tiene que tener el agricultor es la inquietud de querer dar el paso”, añade Benjumea. Lorena Ruiz nos explica cómo sería el proceso: “Lo que queremos es dar llave en mano a nuestros clientes la instalación de las placas solares. Powen analiza el campo -cada uno es distinto- para hacer la mejor instalación con la que obtener los mejores ahorros energéticos y, luego, Banco Santander, como canalizador del crédito y las ayudas, se las hace llegar a los agricultores y al sector agroalimentario en general, e ir acompañando a aquellos que necesiten la financiación total del proyecto”. “Si se financia”, puntualiza Barañano, “la recomendación es hacerlo por leasing, porque desde un punto de vista financiero es la mejor solución”.

¿Es asumible invertir 40.000 euros y no obtener el retorno hasta dentro de 8 años, dependiendo de la instalación? “Esto es lo que frena a los empresarios”, reconoce el director de Productos de Empresas de Santander España, “y ahí es donde el Santander ha tenido la iniciativa de facilitar la transición a través de una financiación vía leasing a 10 años cuyas cuotas se pagan con el mero ahorro de la factura de la luz”.

Barañano pone el foco también en otro “acelerador” de dicho retorno como son las ayudas de la UE Next Generation, que “en el mundo de las pymes se traducen en ayudas de hasta un 40% de la inversión a fondo perdido”.

Razones de peso para el agricultor

En la presentación del acuerdo también participaron el director general de Asaja Nacional, Juan José Álvarez, y el secretario general de la Confederaçao dos Agricultores de Portugal (CAP), Luís Miguel Correia Mira. Ambos aportaron el punto de la vista de los profesionales y empresarios del campo, sus preocupaciones preocupaciones y sus necesidades actuales, que casi al 100% se resumen en la obligación de avanzar en el ahorro y la reducción de costes.

“El panorama es desalentador. Hay preocupación e incertidumbre en el sector. Venimos de un año complicado, con un puñado de malas noticias. La gota que colma el vaso ha sido el incremento del coste de la electricidad. Nosotros no podemos repercutir los incrementos de costes en nuestras producciones y eso hace complicado mantener el sector de manera sostenible y hábil”, se lamenta Álvarez. Para Correia Mira, “la crisis de la COVID-19 ha demostrado que podemos vivir sin viajar en avión, sin ir al cine, pero lo que está claro es que tenemos que comer varias veces al día. Por eso el sector es importante. Los gobiernos que no entienden esto, no entienden nada”.

Tenemos ya dos razones de peso para que el agricultor o el ganadero valore el autoconsumo energético: la sostenibilidad y el ahorro. Sin embargo, el CEO de Powen, José Benjumea, ve otro motivo no menos importante: “Donde hay una oportunidad es en la competitividad. El agricultor que no hace los deberes, un día se puede encontrar con que el de al lado tiene luz casi gratis. Los agricultores pueden pagar la luz y tirar el dinero a un cubo de basura, o coger ese dinero y destinarlo a inversión en instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo. Los segundos, en menos de 10 años terminan de pagar el leasing y tendrán ahorro neto, pero los que tiraban el dinero seguirán haciéndolo”.

“La clave está”, concluye, “en buscar el proveedor adecuado que de verdad sepa de esto”. Parece que Banco Santander y Powen han dado en el clavo.