19/11/2019
En la inauguración de la jornada, Planas instó a reflexionar y debatir sobre las repercusiones del cambio climático en una herramienta clave de gestión del riesgo, como es el seguro agrario, para garantizar la viabilidad de las explotaciones agroganaderas. De hecho, el principal desafío que afronta el sistema de seguros agrarios es el cambio climático y se prevé una mayor siniestralidad.
Aunque los riesgos no son nuevos y ya se encuentran cubiertos por el actual sistema, sí se ha incrementado el grado de incertidumbre, puesto que se espera un aumento de la frecuencia y la intensidad con la que se producen los daños. Dada su situación geográfica, España presenta una elevada variabilidad climática y es especialmente vulnerable al cambio climático, y fenómenos como la sequía o las inundaciones, cada vez más frecuentes, afectarán a la viabilidad de las explotaciones.
En este contexto, los seguros agrarios son un pilar de la política agraria para el país, aseguró el ministro en funciones, quien también recordó que España fue pionera, hace 40 años, en diseñar esta herramienta de gestión de riesgos. Durante la última década se han registrado los tres años de máxima siniestralidad desde que se puso en marcha el sistema de seguros agrarios. La gran variabilidad climática a la que se encuentra expuesto el sector agrario en España se incrementará en el futuro, según los informes científicos, por lo que hay que asegurar la sostenibilidad y solvencia del sistema, para que siga siendo un instrumento clave de apoyo a las rentas de los productores en momentos críticos.
Los asegurados tendrán que hacer frente a la adecuación de las primas; el MAPA y las comunidades autónomas tendrán que contar con mayor dotación presupuestaria para ayudar a los productores a la suscripción de las pólizas; el Consorcio de Compensación de Seguros deberá disponer de un nivel de reservas adecuado; y las entidades aseguradoras tendrán que compatibilizar el mantenimiento de su nivel de solvencia con la oferta de primas a precios asequibles. Además Enesa, en coordinación con todos los integrantes del sistema, tendrá que rediseñar líneas de seguro para que se adapten a las nuevas circunstancias.