03/06/2019
Por Marta Fernández, periodista agroalimentaria
A finales del pasado mes de marzo, la Dirección General de Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación presentó el informe 'Buceando en las preferencias alimentarias de los españoles', elaborado por la consultora 40db. A él le siguieron sendas presentaciones de AECOC sobre productos ecológicos, y si nos adentramos en las diferentes sensibilidades del sector, la conclusión parece evidente. Nos encontramos frente a un consumidor que ha evolucionado a la par que lo ha hecho el contexto social, económico, cultural y tecnológico.
Y este último, el tecnológico es responsable de buena parte de esa revolución, porque igual que da pie a la profesionalización del sector, también está propiciando que los consumidores estén más informados que nunca. Pero ojo, este flujo de información -canalizado en gran parte a través de redes sociales y foros digitales- puede convertirse en un arma de doble filo si el conjunto del sector no actúa correctamente. Porque, de un lado, es una muy buena herramienta para conocer en mayor profundidad a los consumidores a la par que acercarse a ellos. Pero de otro, es también un rápido transmisor de bulos y desinformaciones. De ahí que la correcta cohesión entre los distintos eslabones que integran la cadena de valor del sector es fundamental.
Parafraseando a José Miguel Herrero Velasco, en la fecha de elaboración de este artículo director general de la Industria Alimentaria del MAPA, durante la presentación del estudio de 40db.