23/09/2019
A pesar de que presumimos de que el aire que se respira en el campo es puro, también es cierto que cuando se ejercen actividades agrícolas como son los tratamientos fitosanitarios, el aire que se respira puede representar un gran riesgo para la salud. Cuando se hacen tratamientos con pesticidas desde un tractor dotado con cabina cerrada, el problema es aún mayor.
Las nanopartículas (partículas de tamaños muy pequeños, entre 10 y 100 nanómetros (nm)), se pueden absorber a través de las vías respiratorias, la piel e incluso el canal alimentario; posteriormente estas sustancias se extenderán por todo el cuerpo a través de la circulación sanguínea.
Aire respirado: Protección del operador
Tal y como he asegurado en otras ocasiones y desde esta misma cabecera, los tractores especialistas (viñeros, fruteros, estrechos o narrows) son un auténtico quebradero de cabeza para los diseñadores. Las dificultades de diseño son tales que hace que pocos fabricantes sean capaces de acometer la fabricación de un tractor especialista, por eso y salvo los mejores fabricantes de especialistas, el resto de las marcas deben recurrir a subcontratar los servicios de otro fabricante “marcadamente” especialista.
Y es que a los problemas habituales en los diseños de tractores estrechos (espacio limitado, vano motor, ergonomía, estabilidad, giro…) ahora también se les exige que el aire en cabina pueda entrar limpio.
La razón de la exigencia deriva del propio uso del tractor especialista. Hay estadísticas que hablan del uso mayor de tratamientos en viñedo que en otros cultivos como el cereal de invierno.